Conflicto mapuche: Andrea Despo Cañuqueo fue sobreseída pero las demás siguen siendo presas políticas


Fotografía en portada: El Extremo Sur de la Patagonia
Pasan los días, y el conflicto que impulsó la renuncia de la ministra de Mujeres, Género y Diversidad, Elizabeth Gómez Alcorta, sigue sin terminar. Tras la detención de siete mujeres mapuches y sus hijes en un operativo de desalojo en Villa Mascardi por demás violento e insultante, una de ellas por fin ha sido sobreseída y dejada en libertad. Apenas una.
Andrea Despo Cañuqueo es la primera de las siete mujeres detenidas en ser sobreseída. La docente y actriz de Trelew, integrante de la Cátedra Abierta de Pueblos Originarios, fue una de las presas políticas detenidas por orden de la jueza Domínguez y trasladadas a una cárcel de Ezeiza sin dar previo aviso a sus abogades.
“Exigimos que esto se resuelva cuanto antes, y también la desmilitarización del territorio mapuche, del Lafken Winkul Mapu. Nosotras atravesamos cosas muy feas, muy graves. Sentimos todo el tiempo la violación a nuestros derechos mínimos y sentimos en carne propia, hoy en el presente, todo lo que vivieron nuestros ancestros y ancestras” relató Despo en un video:
Por su parte, las demás mujeres siguen presas. Actualmente Celeste Guenumil, Betiana Colhuan, Marthe Luciana Jaramillo y Romina Rosas se encuentran en prisión domiciliaria en una casa grupal cerca de la Escuela de Policía, mientras que las lamien Florencia Melo y Debora Vera continúan presas en la Policía de Seguridad Aeroportuaria de Bariloche.
El desgarrador relato de las ñukes (madres) lactantes que se encuentran en prisión domiciliaria, revela la impunidad de las fuerzas de seguridad que llevaron a cabo un episodio de violencia institucional cruel. Celeste Guenumil, Betiana Colhuan y Romina Rosas relataron a Presentes cómo vivieron el operativo del 4 de octubre.
Durante esa madrugada efectivos de fuerzas federales y provinciales se adentraron en la Lof Lafken Winkul Mapu, comunidad mapuche de Villa Mascardi (Río Negro) con el objetivo de desalojar a la comunidad. Celeste se encontraba en el suelo junto a su niña, tratando de que las personas que entraron con gritos y tiros al aire dejen de patear la cuna cerrada en donde su otro bebé se encontraba. La machi Betiana apenas pudo proteger a su bebé de cuatro meses, cuando tiraron la bomba de gas lacrimógeno en su morada sin previo aviso.
Ambas fueron sometidas junto a sus bebés a repetidas requisas denigrantes, para luego ser filmadas en todo momento en las instalaciones de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA). “Nos filmaban para ir al baño. Y todo el tiempo con miedo de que nos saquen a los bebés. Jugaban psicológicamente con eso, con sacarnos a los bebés” afirmó.
Por su parte, Florencia Melo y Debora Vera continúan siendo presas políticas en el PSA, y mantienen una huelga de hambre a modo de protesta, exigiendo el cumplimiento de sus derechos básicos.
En el mes del Día del Respeto a la Diversidad Cultural, el ideal que representa esta fecha se siente tan lejos de ser realidad, ya que culturas diferentes a la establecida mayoritariamente en el territorio argentino están siendo violentadas en sus derechos; les quitan sus hogares y las privan de su libertad. Este es el caso de las mujeres mapuche, víctimas de un Estado que atropella sus vidas.
Tal como se expresa en el extensivo comunicado del INADI realizado por su titular Victoria Donda, “No tener en cuenta estos derechos podría ser considerado discriminatorio y puede comprometer la responsabilidad internacional del Estado”. Ya que no se está contemplando en absoluto la situación de vulnerabilidad histórica a la que fueron y son sometidos los pueblos originarios, ignorando las jurisprudencias, convenios y tratados internacionales de derechos humanos aplicables ante la privación de la libertad de mujeres y niñes pertenecientes a pueblos indígenas.
En relación a esta fecha, el Grupo de Trabajo CLACSO Cuerpos, territorios, resistencias y de académicos(as), activistas y organizaciones sociales del mundo exigieron a las autoridades estatales la libertad inmediata de las mujeres y sus niñez, al considerarlas presas políticas. Además de ello, les activistas y miembros de organizaciones de la sociedad civil, nacional e internacional reclamaron, entre otras cuestiones, una investigación exhaustiva del desalojo del 4 de octubre. Consideran que fue llevado a cabo “con lujo de violencia por el Comando Unificado (…) sobre las cuerpas de mujeres, niñez y embarazadas, así como de su machi o autoridad espiritual”.
Ha sido grande y resistente la movilización y el repudio de la sociedad respecto a este hecho. Actualmente en Río Negro integrantes de comunidades indígenas, junto a organizaciones de derechos humanos se han movilizado demandando la liberación de estas mujeres. Además de ello, pidieron la desmilitarización y la restitución de las tierras invadidas por las fuerzas de seguridad a la comunidad mapuche de Lof Lafken Winkul Mapu. La manifestación comenzó en la rotonda de las Rutas 151 y 22, en los puentes Neuquén-Cipoletti y se replicó en Viedma, Roca y Bariloche.
Categoria: Derechos humanos, Derechos Humanos/ Indígenas, Género y DDHH Indígenas, Pueblos Originarios, Violencia Intitucional | Tags: Conflicto mapuche, Derechos humanos indígenas, Violencia institucional | Comentarios: 0