“Nosotras ponemos un montón de integridad artística en lo que hacemos. No es solo vestirse de mujer. Ponemos nuestra identidad. Salimos a la calle vestidas así sabiendo que es un peligro, y nos arriesgamos porque nos gusta, porque lo amamos, porque es nuestra pasión” afirmaba Ale Bonello, quien hace unas pocas semanas festejó el primer añito de su personaje drag: Fermelx.

Fermelx surge de la creatividad, de la exploración y expresión del género fluído, y de la expresión catártica de su identidad mezclada con lo artístico. “Para mí el drag es como entrar a otro mundo, una fantasía (…) Siento que eso que tengo guardado, por mis inseguridades e inhibiciones, me animo a sacarlo en el escenario y explota”, detalló.

Su trabajo en el escenario se basa en contar historias a través de personajes dramáticos y sentidos, con un marcado estilo orientado a drag camp, un tipo de sensibilidad estética del arte popular que basa su atractivo en el humor, la ironía y la exageración. Con los movimientos, con las expresiones, y con la misma música, busca transmitir emociones a la audiencia: “Quiero que cuando la gente me vea, yo mirar a los ojos de las personas y saber que están sintiendo lo mismo que yo siento”.

Fermelx – Artista Drag

Actualmente, se ha generado una demanda tal de eventos y artistas drag que están realizando al menos un show al mes en las ciudades de Corrientes y Resistencia. Liberdrag, colectivo del que Fermelx es parte, ha estado a la cabeza de la organización de la mayoría de los eventos de forma autogestiva, como el Flower Drag Power, que se realiza este próximo sábado.

Resulta llamativo el hecho de que agoten entradas cada vez realizan shows, sobre todo para la ciudad de Corrientes, ya que es clara la postura conservadora que la provincia mantiene, siendo generalmente reacios a permitir eventos que se salgan de su norma, como ya pasó con el fallido tupper shop.

Las fechas autogestivas que realizan, son enteramente organizadas por elles, les artistas, y tiene un positivo efecto para su economía, con la seguridad de lo que van a ganar. Esto no sucede cuando son contratades de forma particular.

Tal como sucede con la mayoría de las profesiones relacionadas al arte y la cultura, hacer drag no es un trabajo bien remunerado. Pero además de ello, “hacer drag es carísimo. Es muy difícil mantenerlo.  Entonces una se amaña con lo que tiene y lo que puede, sobre todo porque no ganamos mucho haciendo drag. Es difícil que te paguen bien un show” afirma Fermelx. 

Sin embargo, para les artistas drags hay otro sesgo más: el estigma y el irrespeto. Es común que cuando son contratades para algún evento, no se cubran  sus necesidades, desvaloricen su trabajo y hasta hay ocasiones en las que “no te pagan, o creen que te están haciendo un favor. Entonces te tratan como quieren”. Esto lo afirma con seguridad Diogo Zamudio, otre artista drag miembro del colectivo, quien personifica a Ivinka. Considera que “es muy difícil sostenerse sólo con lo que te pagan”.

Ivinka – Artista Drag

Es claro que esta desvalorización de sus trabajos les impide poder sustentar sus necesidades básicas. Como muchos artistas, deben conseguir otras formas de ganarse la vida. Lo que efectivamente ganan haciendo drag, tampoco es del todo suficiente para solventar siquiera, los gastos de la propia performance. 

Hacer drag es realmente costoso. Todos los materiales implicados en llevar al personaje al escenario no son económicos. Vestuarios, maquillaje, pelucas. Tal como dice Ivinka: “El drag es muy caro, no sólo por las pelucas y el precio de las telas, sobre todo por la mano de obra”. Aunque es común que sean les propies artistas quienes confeccionan sus trajes, invirtiendo muchísimo tiempo e ingenio en ello.

Ivinka es conocida por sus trajes y maquillajes encantadores, creando personajes que impactan en la audiencia trayendo elementos poco convencionales como vampiros y robots. “Me vi interesade en expresar todo lo que tengo en mi cabeza y lo mágico que es poder cambiar tu aspecto, tu cara. Poder contar historias con ropa, poder contar historias con perfos”, expresó.

Fermelx e Ivinka son unes de les tantes artistas drag que la luchan para poder hacer lo que aman y ofrecer sus shows performáticos. Hay demasiado amor y esfuerzo en lo que hacen.

“Nosotras ponemos un montón de integridad artística en lo que hacemos. No es solo vestirse de mujer. Ponemos nuestra identidad. Salimos a la calle vestidas así sabiendo que es un peligro, y nos arriesgamos porque nos gusta, porque lo amamos, porque es nuestra pasión”

Fermelx, artista drag

Sin embargo, el colectivo celebra que haya cada vez más visibilidad, lo que les permite realizar más eventos y crecer en el escenario cultural de Resistencia y Corrientes. Ya que la percepción estigmatizada sobre este arte lentamente va cambiando, va mejorando.

Si bien han sufrido situaciones de incomodidad o inseguridad como acoso perpetrados de sus espectadores o faltas de respeto por parte de las propias personas que les emplean, afirman que el ambiente en donde se desenvuelve el drag es muy seguro, y pueden sentirse libres de expresarse gracias a que han formado una especie de comunidad. En ella, el acompañamiento y el trabajo colaborativo generan un espacio de confianza. 

Sobre este sentimiento de comunidad, Fermelx afirmó que “estamos todas en la misma situación de carencia, nos cuesta un montón hacer esto. Entonces nos ayudamos entre nosotres. El drag también viene mucho de la adversidad, creo que todas nos sentimos en situaciones similares y complicadas. Sabemos de dónde venimos, sabemos cómo somos, sabemos que compartimos esas experiencias”.

Hacer drag no es considerado una forma de arte, a pesar de que se base en la expresión artística. A través de sus shows autogestivos buscan valorizar su trabajo, para que la sociedad les dé el valor que merecen.

Si bien las oportunidades para este sector mejoran con el pasar del tiempo, todavía hay carencia de reconocimiento y valoración social. Es un trabajo artístico encarado con la seriedad  y el profesionalismo que se hace cualquier otra tarea y por ende debe ser monetizado. Actualmente el rédito que obtienen por sus trabajos no es suficiente para sustentarse económicamente. No pueden vivir de lo que aman, a pesar de todo el esfuerzo y la pasión que ponen para brindar un buen show. 

Dar ese paso, como sociedad, nos sube un escalón y reivindica a les trabajadores de la cultura.