Otro 9 de Agosto sin justicia: “Ser indígena es una barrera, no sólo por el idioma sino también por la portación de rostro.”


Foto en Portada: Pablo Caprarulo
Esta semana, como cada 9 de agosto, se conmemoró el Día Internacional de los Pueblos Indígenas, en un intento por reivindicar las culturas originarias, reconocer su relevancia histórica y cultural en la construcción de las actuales naciones latinoamericanas y como miembros activos e importantes de su sociedad. De la misma manera, con esta fecha se busca concientizar sobre la situación que atraviesan estos pueblos, y la necesidad de que se tomen medidas para garantizar sus derechos como ciudadanos merecedores de respeto.
Sin embargo, esto está lejos de ser efectivo. Entre la gran bruma de discriminación étnica-racial que acarrea violencia y marginación por portación de rostro, hoy en día llena de angustia y dolor saber que las infancias indígenas se ven particularmente afectadas por este histórico fenómeno social que violenta y que reconocen como “chineo”.
“Se están metiendo con nuestro niños y niñas”, apunta con indignación Bashe Charole, comunicadora social perteneciente al pueblo Qom de la zona del interfluvio Teuco Bermejito, que ahora vive en Juan José Castelli. Bashe habla por todas las mujeres y niñes víctimas de violaciones por parte de instituciones, y “criollos” con poder. La situación en la que se ven implicados los tres pueblos indígenas de la provincia de Chaco (Wichi, Qom y Moqoit) es, al igual que el resto de las comunidades originarias en Argentina y Latinoamérica, delicada y compleja.
Se sigue sufriendo de hostigamiento, persecución y abuso. “No solamente hablamos de violencia verbal, sino que también física. Y lo peor de todo es que ahora hay casos de menores de edad, niños y niñas de la comunidad que son abusados por parte de algunas entidades y también por parte de otros miembros que no tienen nada que ver con la comunidad”, sostiene la comunicadora miembro de la Coordinadora Latinoamericana de Cine y Comunicación de los Pueblos Indígenas.
Los familiares directos de las víctimas de abusos manifiestan que los hechos suceden en instituciones como, por ejemplo, el hospital. “Hay abusos por parte de médicos, abusos en el trato y abuso sexual también”. Pero así como las violaciones se dan en un marco institucional, pueden suceder en cualquier parte. Incluso en el camino a casa, como fue el caso de dos niñas de 14 y 12 años, que hace un tiempo, al cruzar por el puente La Sirena volviendo de la escuela, fueron interceptadas por un grupo de 5 hombres que abusaron sexualmente de ellas. Este caso, como muchos otros, no fue denunciado a causa de las graves dificultades e incluso transgresiones que sufren quienes se animan a hablar.
La justicia que no llega
El acto de violación es apenas un eslabón de una larga cadena que sistemáticamente violenta y revictimiza a les sobrevientes.
De por sí es difícil que los casos lleguen a la justicia, ya que solo 2 de cada 10 casos son denunciados, una vez realizada la querella se debe cruzar otro importante obstáculo: la falta de profesionales que hablen el idioma de las víctimas. Y es que hasta hace unos años, las denuncias ni siquiera eran recibidas por la falta de traductores.
Cabe destacar que en Chaco han habido avances en materia de participación, ya que el Superior Tribunal de Justicia habilitó un Área de Pueblos Indígenas donde se encuentran traductores de los tres pueblos. Sin embargo y como considera Bashe, “realmente no alcanza, porque en la zona del Departamento General Güemes más conocida como El Impenetrable, tenemos dos traductores nada más, para una zona tan inmensa que abarca localidades como Misión Nueva Pompeya, El Sauzalito, Comandancia Frías, Juan José Castelli y Miraflores. Todo lo que es el interfluvio para dos traductores, es realmente poco”.
Lo triste es que el abuso no termina cuando el violador se va, sino que continúa en forma de violencia institucional, con una justicia que carece de perspectiva de género y vuelve a victimizar a las mujeres e infancias violentadas, responsabilizándolas del crimen que sobre ella se cometió. O peor aún, justificando la violación con la pobre excusa de que “es parte de la cultura”. Con esto se refieren al chineo.
El chineo, según María Eugenia Contreras, califica como práctica cultural a “la violación sistemática de niñas indígenas desde los siete años a manos de los ‘criollos’: hombres adultos, terratenientes, con poder político y económico”, y mayormente realizada en manada. Esta noción es equívoca, ya que esta violación no existía antes del “descubrimiento” de América Latina, y en realidad surgió durante la colonización que rebajó a las comunidades originarias.
El chineo no sólo se mantuvo durante muchos años sin ser sancionado por la sociedad, sino que además, de acuerdo a Bashe, es común escuchar en el presente que “los propios abogados defensores de las víctimas utilizan este término para justificar los crímenes”.
Estos ataques llevados a cabo por grupos organizados, no pueden continuar sucediendo. Es por ello que movimientos como #BastaDeChineo, lanzado por el gobierno de Salta, buscan desnaturalizar esta aberración que “pone en evidencia concepciones que tenemos que desterrar, la concepción colonialista del criollo sobre las personas de pueblos originarios” y el condicionamiento patriarcal que despoja de sus derechos a las mujeres e infantes indígenas, de acuerdo a Gabriel Lerner, titular de la Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia (Senaf).
“Ser indígena sí, es una barrera y mucho porque tenés el tema del idioma, y el tema de la aportación de rostro.” (…) “Entonces cuán importante es el acompañameinto de un traductor o un intérprete, y más para una víctima de abuso sexual. Es por eso que también hablamos de abuso por parte de las instituciones, que deberían velar por los derechos de las mujeres.” (…) “Todavía faltan acciones más concretas para tratar este tema de manera seria, porque seguimos con esta situación de que muchas veces, cuando vamos a denunciar nos preguntan qué hicimos. Por eso resulta de gran importancia que se capacite a la gente que atiende a estos sectores tan vulnerables como es el caso de los pueblos indígenas.”
Bashe Charole, comunicadora qom lashe.


La justicia debe esforzarse más para revertir lo que aún sucede. ¿Qué estamos esperando? No podemos dejar que más niñas sufran por instituciones negligentes que las revictimizan y ensordecen sus gritos. Es necesario desarrollar leyes que efectivamente protejan a este sector vulnerado, y trabajar activamente para derrocar esa concepción social errónea que coloca a estos pueblos en un nivel de inferioridad inexplicable.
Categoria: Género y DDHH Indígenas | Tags: Argentina, Chaco, familia, Género, Violación de los DDHH de mujeres e infancias indígenas | Comentarios: 1
Marina Machado
10 agosto, 2022 at 5:00 pm
Le cabe la excusa al estado para esconder la naturalización de los abusos que sufren las mujeres y niñxs,no solamente con las etnias pasa esto,en las instalaciones tienen lo vivimos y aún no lo podemos erradicar