Mujeres indígenas con voz y decisión


«Somos mujeres indígenas, somos mansas y tranquilas, pero cuando nos usan nos volvemos guerreras”. Esas fueron las palabras de Susana Romero en el acto de apertura del VII Encuentro de Mujeres Indígenas que se realizó en Puerto Tirol a fines del mes pasado.
Mujeres de distintos ámbitos de gestión, políticos y comunitarios tomaron la palabra para empoderarse, para marcar presencia, su voz, y sobre todo, para tomar decisiones. “Tenemos que ocupar un lugar de decisión desde la casa”, dice Susana en conversación con Bohemia, “porque muchas de nuestras mujeres son calladas o creen que siempre tienen que estar abajo del hombre”. Lo dice porque sabe que, especialmente en las comunidades, muchas veces no se acepta que la mujer tenga una idea. Tiene la clara convicción de que la mujer ha sabido ancestralmente llevar adelante a la comunidad, y eso incluye el manejo de la economía comunitaria. Pero esa competencia ha sido invisibilizada sistemáticamente a lo largo de siglos de exclusión a los pueblos indígenas, y más aún a las mujeres.
Espacios de encuentro como estos tienen la clara intención de hacer visibles las carencias a las que están sometidas las comunidades, hacen de puente entre estas y un Estado ausente. Susana lo evidencia cuando habla de la complejidad del acceso a las instituciones: “He sido atropellada muchas veces. Yo me puedo defender, pero hay otras hermanas que no saben cómo hacerlo. Hay mucho desconocimiento todavía. Yo sólo quiero tomar lo que es mío. Creo que esa es la base, que sepamos defendernos y reclamar esas cosas que no llegan a nuestras comunidades”.
En este sentido, Elizabeth González, representante de las comunidades en el Poder Judicial, en su discurso de apertura expresó que “hay un abandono desde el Estado hacia los pueblos indígenas, pero eso no nos tiene que llamar la atención. Las mujeres y los pueblos indígenas hemos sabido de nuestros derechos. Y para cuando uno empieza a conocer sus derechos nadie te puede parar. Puede que una oficina te cierre la puerta, pero nadie te va a cerrar ese propósito que ancestralmente tenés en tu sangre, poder luchar por el que más necesita”.
Las mujeres dueñas de la economía
Quizás no sea novedad que en todas las culturas son las mujeres las que sostienen la economía comunitaria con su trabajo no remunerado. En este caso, las artesanas y agricultoras han sido invisibilizadas en su labor, aunque muchas veces hayan sido el sostén de las familias. Elizabeth enfatizó en el derecho económico de las mujeres indígenas. “Cada hermana que entrega su trabajo en su artesanía para llevar el pan a su mesa, tiene ese derecho económico”.
Por su parte, la diputada provincial y referente indígena Claudia González también hizo referencia al rol fundamental de las mujeres indígenas en la economía. “Las comunidades están volviendo a los trabajos ancestrales, como la artesanía y la agricultura”. Esa vuelta a sus saberes plantea nuevas necesidades según se encuentren en la zona rural o en la ciudad. La idea liberal de la propiedad privada va en desmedro del desarrollo de sus actividades económicas.
“En la zona rural uno puede ir a buscar una hoja de palma, pero tiene que pedirle permiso al dueño del campo. Antes éramos más libres. A veces decimos que somos dueños de la tierra pero hay un alambrado que nos divide”.
“Estamos volviendo a la agricultura, pero no tenemos las herramientas. Si un hermano quiere plantar lechuga o tomate pero no tiene con qué trabajar, es ahí donde necesitamos la mano del Estado, de Desarrollo Social o del Inta”. Lo dice desde su lugar de gestión, reconociendo que desde su espacio político –Cambiemos-, no se da mucha importancia a los asuntos indígenas. Aun cuando existe un Instituto de Asuntos Indígenas, hacen falta aplicar las leyes que ya están.
“Muchas veces nos tildan de que somos dormilones o que no queremos trabajar, o somos vagos. Pero lo cierto es que hoy en día hay chicos y chicas profesionales que no tienen la oportunidad para trabajar en lo que estudiaron”, dice la legisladora Claudia González.
Históricamente marginadas, las comunidades han sufrido persecución sistemática, aunque las leyes existen, “las tienen guardadas”, dice la legisladora provincial. “Hoy vemos que nos están robando las tierras, nos quieren callar la boca como mujeres y somos perseguidos sistemáticamente al no incluirnos en muchas cosas”.
Esa exclusión se traduce en la falta de espacio de participación, en el mercado, en las instituciones y también en los lugares de poder. “Tenemos muchos espacios donde las hermanas pueden y deben darles la oportunidad para vender sus artesanías, por ejemplo”. Lo dice en nombre propio, reconociéndose artesana e hija de artesanos: “Gracias a la artesanía he comido y vestido a mi familia. Quizás a veces no he vendido pero he hecho cambio por ropa o por comida”.
¿Ayuda o garantía de derechos?
La concejala de Resistencia, Nancy Sotelo, en su participación en el encuentro habló de la diferencia entre la “ayuda” y el “deber del Estado de garantizar derechos: Ante una situación social, económica y cultural bastante difícil, escuchamos la expresión ayudas que el Estado da, fundamentalmente en comunidades más vulnerables como las indígenas y las mujeres. Partamos de la idea de que el Estado no debe ayudar, sino garantizar los derechos”.
“Tenemos derecho como personas a que las políticas públicas garanticen una vida digna. Por eso resalto la diferencia entre la ayuda y la obligación del Estado».
En tal sentido resaltó la importancia de estos espacios en donde las comunidades “se reúnen y comparten, se capacitan, se informan, y en ese camino viene el reclamo de los derechos”.
Así también lo entiende la legisladora González: “Creo que hay una ausencia total de los derechos, nuestras comunidades tienen que conocer muchas leyes que nos amparan. Como legisladora me toca comunicarles a mis hermanos indígenas que hay leyes que nos amparan pero que no se están aplicando, por ejemplo en nuestra provincia la ley 3258 que tiene más de 30 años y necesita actualizarse pero necesita también de que todos participen”.
El encuentro
El VII Encuentro de la Mujer Indígena se llevó a cabo los días 28 y 29 de septiembre en la localidad de Puerto Tirol, con la organización de la Comisión Intercultural Mujer de los Pueblos, a cargo de Susana Romero. Al acto de apertura acompañaron la coordinadora de Pueblos Indígenas del Poder Judicial Elizabeth González, la concejal de Resistencia Nancy Sotelo, entre otros referentes indígenas. El evento se realizó en el marco del “Día Internacional de la Mujer Indígena” que se celebra cada 5 de septiembre.
“Hace siete años que venimos realizando este encuentro”, dijo Susana Romero, oriunda de Puerto Tirol y alma mater del encuentro: “Queremos que las mujeres podamos reunirnos y escuchar nuestras problemáticas, cómo fuimos avanzando en la sociedad, en la educación, en la salud y también en el territorio”. Se manifestó “alegre por la convocatoria de este encuentro al ver hermanos y hermanas que vinieron desde varias localidades de la provincia”. El encuentro se extendió por dos jornadas. Entre artesanías y orquídeas, en el Museo Histórico y la Casa de la Cultura, hombres y mujeres de las comunidades chaqueñas tuvieron la oportunidad de intercambiar ideas y de ser escuchados por las instituciones del Estado provincial.
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