El verano con #ATLANTICAZO en la costa argentina ¿Qué es?


Es una protesta pacífica en contra del ecocidio que está sucediendo en nuestro país, por la habilitación, por decreto, de los estudios de exploración sísmica que pretende llevar adelante la petrolera noruega Equinor, junto a YPF y Shell, en tres áreas offshore del Mar Argentino.
¿De qué estamos hablando?
No es sorpresa decir que luego del confinamiento por la pandemia, los recursos naturales se convirtieron en el escenario propicio (teniendo en cuenta la premisa “es de todos, no es de nadie”) para la explotación indebida.
Comenzaron con los desmontes en las zonas del norte y centro del país, los incendios a bosques y humedales, luego surgió el #CHUBUTAZO, que fue un levantamiento en nombre de la provincia de Chubut para frenar un proyecto, el cual carecía completamente de estudios de impacto ambiental y mucho menos de consenso popular, para la instalación de megaminerías en toda la extensión de la provincia.
Actualmente, de manera arbitraria se habilita la “explotación marítima” la cual provee con palabras muy amigables: “la exploración sísmica de hidrocarburos que hará la petrolera Equinor en tres bloques de la Cuenca Argentina Norte, situados a km de la costa de Mar del Plata”. Su costo a nivel ecológico, es enorme, según activistas ambientales
Las posturas de uno y otro lado son drásticas y antagónicas: organizaciones como Greenpeace vaticinan una inminente “catástrofe ambiental”, mientras que en el Gobierno y en la industria petrolera ven una “oportunidad histórica” en la búsqueda por posicionar a Argentina como un país exportador de energía, con plena soberanía sobre su territorio y recursos marítimos.
Demás está decir que el extractivismo en nuestro país, no dejó más que pobreza, trabajos en extremo precarizados, agotamiento y exterminio de nuestros recursos naturales. Flavia Broffoni, politóloga y activista, especializada en ecología política nos habla de una “Desobediencia Civil”. Cuando todas las instituciones democráticas nos defraudan e incumplen el contrato social de la búsqueda del “bien común”, es hora que la ciudadanía se ponga al frente de la batalla.
Para salir de la matrix en la que las oligarquías nos introdujeron, tener pensamiento crítico es revolución. Nuestro deber como habitantes del planeta tierra, es involucrarnos con la política, hacer preguntas incómodas, interesarnos. Porque el 80% de la producción de soja de nuestro país es para alimentar animales en el extranjero y está manejada por empresas extranjeras, ¿Por qué será que los pequeños productores independientes -quienes realmente producen alimentos para las personas – cada vez están más alejados, sin tierras y con desventajas abismales de producción? ¿No será que nos venden esta forma de producción como único sistema productivo simplemente porque les conviene a unos pocos?
No olvidemos que el capitalismo es un sistema de producción, que tiene como premisa “mayor producción a menor costo”. El punto es que ese costo nos está saliendo demasiado caro.
Es hora de cambiar nuestros valores como sociedad ¿Acaso no es notorio que quienes se enriquecen a costa de nuestros recursos, son grupos poderosos?
La revolución debe ser respetuosa con los géneros, amigable con los demás seres que viven en la tierra y el progreso nunca puede darse cuando estamos dañando nuestra propia casa.
- Abogada
Categoria: Ambiente | Tags: Ambiente, Chaco, Derechos humanos, Políticas públicas | Comentarios: 0