La maternidad, un vínculo que se construye

El imaginario colectivo ha construido una ideal de la «buena madre» cargado de estereotipos y funciones. El Día de las Maternidades nos invita a reflexionar sobre las individualidades, los vínculos diversos y los deseos de las mujeres que han decidido ser madres.
Belén Merlo es licenciada en Ppsicología y madre de un niño: “Cuando nace Ernesto, supuestamente ya sabía lo que tenía que hacer y me encontré con algo sumamente distinto. Me encontré con una experiencia en relación a la lactancia muy frustrante, con que no quería estar todo el tiempo con él, con que anhelaba volver a trabajar, y por otro lado te dicen que lo que tu hijo necesita es solo estar con vos”. Estas frustraciones, ese no poder ser lo que debo genera culpa. Es el fantasma que nos persigue a las mamás cuando dejamos a lxs hijxs al cuidado de otra persona, cuando no podemos manejar un berrinche, cuando nos percibimos insuficientes. “Somos personas como cualquier otra y, por el hecho de ser madres, no nos convertimos en algo magnífico”, dice.

La que una quiere ser
Cuando una mujer decide ser madre, decide muchas cosas. Pero de ningún modo a renunciar a su individualidad: “Una no puede ser solo madre, no puede solo estar con su hijx. Me costó un montón, pero de a poco fui escuchándome. Yo como mamá primeriza ¿qué quería?”, recuerda Belén. Parece una pregunta simple, pero si la reformulamos a “¿quiero amamantar?” o “¿quiero volver pronto a trabajar”, el dedo acusador nos señala. ¿Se nos permite a las madres decidir qué hacer con nuestro tiempo?
“En lo personal trabajé mucho con una puericultora quien fue la que me preguntó por primera vez si quería dar la teta. Y ahí yo dije, ¿me puedo preguntar eso? Tengo la posibilidad de cuestionar todo lo que está impuesto de lo que la madre debería ser”, afirma.
“Es la mamá y siempre sabe lo que le pasa a su bebé”. “No hay nadie como la madre”. Las representaciones sociales y culturales de esa imagen glorificada, la que lleva adelante el hogar, la unión familiar, la crianza y hasta la educación de sus hijxs, y además lo hace desde su infinito amor derivan, irremediablemente, en una sobrecarga de tareas, presiones y frustraciones: “Las madres no son súper mujeres que lo pueden con todo, muy lejos de eso, una hace lo que puede. Es cierto que hay una sobre exigencia tremenda en relación a la mujer y a la maternidad. También tiene que ver con estos estereotipos de que la mujer es la que debe hacer todo. Ni la madre puede con todo ni sabe muchas veces lo que le pasa a su bebé. Esta idea lo único que hace es traernos mucho más peso”.
Lo que construimos
La maternidad no es algo predeterminado, mucho menos innato. La capacidad de gestar no nos convierte inexorablemente en madres: “El vínculo madre-hijxs, se construye como con cualquier otra persona, más allá del deseo que se tuvo, más allá de la historia personal al momento de engendrar, es un vínculo que se construye”.
Y ese supuesto, esa cuestión casi mágica e instintiva, esa exaltación de la maternidad como virtud intrínseca de toda mujer “genera una presión tal que muchas veces deriva en la dificultad de vincularse con lxs hijxs desde un lugar particular, y construir ese vínculo de una manera propia e individual. Al seguir estereotipos, las madres se sienten culpables por no poder cumplirlos, por no saber lo que le pasa a su hijx, por no poder desempeñarse con su trabajo, por no poder compartir el tiempo con ellxs, por tener que atender también las cuestiones de la casa”.
“La construcción del vínculo madre-hijx es muy particular, porque además en esa construcción no está solo la madre. Hay una pareja -o no-, hay una familia, una comunidad. Entonces es importante que esa construcción se dé en la comunidad, que no nos dejen solas al azar en algo que realmente es muy difícil. Que esa comunidad acompañe desde un lugar en el que a una le permitan ser, no para decirte lo que tenés que hacer sino para acompañarte en tus decisiones”. reflexiona.
La maternidad deseada
“Es muy importante que se tenga esa mirada en relación a la maternidad”, dice Belén en referencia a si las maternidades deben ser deseadas. “Se piensa que toda mujer nace con un deseo materno, un instinto. Está muy bien que se comience a repensar esa idea porque no toda mujer quiere ser madre, ni tampoco toda mujer que, por una circunstancia de la vida, queda embarazada se convierte en una madre. Tiene que haber un deseo de fondo para afrontar todo aquello que conlleva la maternidad, los cambios físicos, hormonales. Hay que entender que ese deseo es particular y singular de cada persona con capacidad de gestar”.
Lo que nos quieren vender
La lógica capitalista ha puesto a las mujeres como objetos de consumo y consumidoras a la vez. La publicidad ha contribuido a consagrar la maternidad como un culto al hogar y a la dedicación hacia la familia. La publicidad para el día de las madres que se celebra este mes así lo demuestra. “Las mamás no se toman descanso”, dice un comercial de analgésicos, mientras alimenta la idea de un vínculo único e irremplazable.
“En vez de seguir puntualizando que debería ser cada madre o enaltecernos en nuestro supuesto rol de madres, o glorificar la maternidad y su función, estaría bueno que nos pregunten qué queremos, qué sentimos, hasta dónde podemos llegar”, dice la profesional mientras entiende que “lo que nos pasa realmente se visibiliza muy poco”.
Y por otro lado está esta anulación del disfrute, ¿ser mamá significa dejar de ser seres deseantes? Ahí vamos con otro ejemplo publicitario: “Me acuerdo puntualmente de una publicación de Instagram que para el día del padre habían armado una picada riquísima, con cerveza, un destapador y una copa; y a la mamá le toca un repasador o una cosa así. Las mamás también queremos tomar cerveza, también nos gusta el asado y también tenemos un rol social importante, no solo somos el cuidado de lxs niñxs, de la casa y la familia. La manera en que se publicita en ciertos comercios y en los medios de comunicación, siguen mostrando una súper mamá a la que le vamos a regalar un electrodoméstico”.
Mucho nos falta para deconstruir ese imaginario, por eso es necesario visibilizar las distintas maternidades, las distintas personas gestantes y las familias diversas. Este ahora llamado “Día de las maternidades” es una oportunidad para desglorificar y humanizar a las madres para poder conocerlas desde otro lugar, para quitarles presión y para pensar los vínculos sanos y equitativos.
Categoria: Psicología | Tags: Día de las Maternidades, maternidad, Psicología | Comentarios: 0