De encriptados, sexting, orgasmos y otras yerbas


Está aburrida o simplemente inspirada. Hace poco lo conoció en una página de esas que prometen el amor romántico o la lujuria en todas sus formas. Las charlas fueron fluyendo entre Whatsapp, Instagram o Messenger. Fluyeron, y hoy ella se siente cómoda como para enviar las primeras “nudes” o esas fotos que rozan lo erótico o lo explícito, según se busque. Del otro lado también hay nervios, hasta ahora sólo hubo imágenes de abdominales, de labios… del día a día.
Este escenario puede convertirse en otro; parejas distanciadas por un viaje, por una cuarentena o simplemente con ganas de cambiar la rutina. El sexo virtual ha existido desde hace mucho tiempo e incluso es una industria que factura millones. Pero ¿qué se entiende por sexo virtual y qué cuidados tener a la hora de mostrar nuestro lado más íntimo ante la cámara de un celular, una computadora o cualquier dispositivo?
El sexo virtual o sexting es el envío de contenido íntimo (fotos, videos, audios, mensajes de texto, videollamadas, emojis). Como en cualquier tipo de relación sexual siempre va a haber palabras o conceptos que son imprescindibles: consentimiento, confianza, disfrute para las dos partes, cuidar al otro y también cuidarse.
Repasando lo que se lee, escucha o ve en las redes, hay cuidados básicos a la hora de arrancar con fotos o videos “hot”: evitar mostrar el rostro o tatuajes que nos identifiquen, usar fondos neutros, bloquear o poner claves a nuestras galerías de fotos y pantallas. ¿Y si tenemos como receptor en este juego a alguien a quien queremos mostrar nuestro rostro, decirle cosas que hierven la sangre y desplegar nuestra sensualidad sin escatimar nada? Tenemos dos opciones, usar aplicaciones como Signal o Telegram que nos permiten “autodestruir” archivos luego de enviarlos para que no se puedan utilizar o -dijimos que esto también implica confianza- borrar el contenido y pedirle a la otra persona que también lo haga.
Manos a la obra, o a la cámara
Ya tomamos cuidados, tomamos coraje y queremos arrancar. ¿Cómo hacemos? Si bien cada uno se conoce y sabe lo que le gusta o no, el sexo tiene mucho que ver (sobre todo el virtual), con seguridad, autoestima y autoexploración.


Durante estos días en SexusTV tuvimos el placer de charlar con tres mujeres que de seducción, juegos y sexo pueden orientarnos y mucho. Yani Giovannetti, artista burlesque, y Lolitta Love, modelo erótica de Suicide Girls, coinciden en un punto: para empezar a practicar y sentirnos sensuales, nuestro mejor amigo es el espejo. Debemos mirarnos, ver que nos gusta, quizás para alguien puede ser los ojos, la boca, las piernas. Es un trabajo que nos tocará hacer para descubrirnos.
Pero lo importante son los detalles. Quizás no hace falta que aparezcas vestida de Gatúbela, envuelta en vinilo, o que te vistas como Tarzán cuando enganche la videollamada. Podés usar algo que te haga sentir sexy y mostrarlo de a poco. O arreglarte el pelo, maquillarte o posar de alguna forma. Acá va otra palabra clave, la comodidad. La lencería es linda, los trajes o disfraces también, pero es necesario que además de eso nos den la comodidad para movernos o mostrarnos sin sentirnos asfixiados…a menos que esa sea la idea.
La previa en el sexting también es importante. Podés poner música que te despierte los sentidos, velas, preparar tu espacio como un invite a una experiencia para vos y para quien esté del otro lado. Usar algo o pensar qué vas a hacer también es un estímulo y ni hablar si durante el día ya empezás a calentar motores contando ideas, fantasías a través de mensajes. Hablamos de encuentros planificados, si la seguridad es tanta y la urgencia también, el sexo virtual tiene sus “rapiditos” que son básicos como enfocar las áreas que excitan a cada uno, y eso también es una opción.
Juguete rabioso
Como el sexo es en parte algo lúdico, se puede jugar con muchas cosas. Vanesa, del Sex Shop «Mis Pkdos», recomienda además de la mencionada lencería y disfraces, diferentes tipos de masturbadores. Existen dildos o consoladores con sopapa que permiten dejarlos quietos sobre una silla, pared o el suelo, lo que da libertad de movimiento para las manos que pueden recorrer nuestro cuerpo o filmar desde diferentes ángulos. Hay masturbadores que emulan una boca o una vagina, y usados con un lubricante de efecto calor nos aproximan a sensaciones más reales. Los lubricantes son un “must” o un artículo infaltable en cualquier cajón erótico que exista. Para los más tecnológicos, existen vibradores que, conectados al celular a través de una aplicación, se mueven al ritmo de melodías o voces. Podemos poner en YouTube al artista que más nos guste y sentir que explotamos con cada nota.
Para ir cerrando, porque las opciones son tantas como personas y fetiches hay en el mundo, tengamos en cuenta algunas cosas: no debemos intentar copiar a alguien a la hora de querer hacer fotos, podemos inspirarnos o tener una referencia, pero no hay nada menos deserotizante que ser una copia de alguien que, definitivamente, no sos. “Cada uno, tiene algo sensual, y es nuestro trabajo descubrirlo si queremos hacerlo” explica Yani en una de las charlas. “Hay que practicar y estudiar que ángulo o que pose me queda mejor, y animarse” recomienda Lolitta Love. Los nuevos contextos nos acercan nuevas experiencias, los invito a conocerlas, a animarse, y sobre todo a disfrutarlo.
Importantísimo: así como cuidamos nuestra intimidad, si recibimos un contenido erótico de alguien más ¡No lo difundamos! Que tengan todos, un final feliz.
Categoria: Sociedad | Tags: Cuarentena, Sexo, sexo virtual, Sexting | Comentarios: 0