Cuando el paisaje se hace festival


El amanecer más frío del año llegó un sábado de julio. El whatssapp nos despertó con imágenes de lo fuerte que había caído la helada en los patios y en los campos del Chaco. Pero teníamos un plan. Era el día del Festival Salvaje en Colonia Benítez. Y sabíamos que, si está lindo el sol, acá el frío no es excusa.
Por alguna razón, los chaqueños que bien conocemos lo salvaje de nuestro paisaje, queríamos convertirlo en festival. La voz de Lalo Mir en los anuncios nos venía invitando a los recitales de Arbolito, Nación Ekeko, Los de Imaguaré, Raúl Junco, Norma Ávila y Tierra Verde. Pero también “habrá talleres, vivencias para seguir expandiendo la conciencia ambiental”, decía con modo entusiasta.
El mensajito del whatssapp rápidamente se convirtió en a un “¿a qué hora vamos?” Y allá fuimos, con el mate, las silletas, la manta para el piso. Los que llegaron temprano dijeron que se comió rico y barato, los que llegaron después del almuerzo entendieron que la cerveza artesanal con sol está al nivel de las mandarinas con el mismo ingrediente.


Un escenario decorado con tacuaras. Un sendero por el monte. Un espacio de juguetes armados con maderas, semillas, cuerdas y ramitas. Se hizo fácil redescubrir lo salvaje de la tierra propia en esta escenografía amigable con el ambiente.


Nos fuimos encontrando con amigas y amigos. “¡Uy, el Museo Schulz! ¿Podés creer que no lo conocía?”, dijo alguien. “Me quedo por acá, a ver el ceramista que justo está dando un taller”, contestaron. “¿Olor a locro? Si, y la verdad que con este fresco dan ganas sea la hora que sea”.


Una local cuenta que recibió amigos desde Neuquén y que para ellos “no hace tanto frío”. Ahí estaba la visita, con los ojos cerrados de cara al sol del norte, mientras Arbolito preparaba el sonido ante un público sin ansiedad.
Capítulo aparte fue la gente a la que convocó esta propuesta. Diverso, en edades y gustos. Bohemios, ambientalistas, amantes del folclore y de la música electrónica. Había lugar para todos y nadie se incomodó, aunque llegaron más de 3000 personas, según informaron desde la organización.


“Colonia Benítez es un lugar increíble que regala un ámbito que posibilita que se pueda experimentar a partir del contacto físico. Está bueno hacer algo en el Chaco y en un lugar del que se desconoce su riqueza natural”, decía Diego Pérez, uno de los impulsores del festival en una entrevista con Télam.
Y estuvo bueno… tanto que lo queremos de nuevo el año que viene. Con más música, con más arte y para todo aquel que quiera encontrar, en el paisaje, una fiesta.
Fotos: PH @Maia Alcire – Fotógrafa y Para Encontrarnos Chaco
Categoria: Arte y espectáculos | Tags: arte, artesanías, Música en Vivo, sustentable | Comentarios: 0