Quita de jubilaciones para amas de casa: Diputadas piden informe al Ejecutivo


El Gobierno Nacional decidió que a partir del 1º de julio de 2019 quitará la jubilación para las amas de casa, a pedido del Fondo Monetario Internacional (FMI).
La Ley Nacional fue fundamental para reconocer el trabajo de las amas de casa y el empleo doméstico como cuidadoras o en tareas de limpieza, en general informal. Esta norma permitió que 4 millones de personas sean reconocidas en su derecho e incluidas en el régimen previsional como trabajadoras.
Entendiendo que su eliminación afectará mayormente a las mujeres y redundará en la profundización de la feminización de la pobreza, la diputada nacional por Chaco Analía Rach Quiroga, presentó un proyecto de resolución para que el Poder Ejecutivo informe a la Cámara de Diputados de la Nación cuestiones vinculadas con las Leyes Moratorias Jubilatorias, conocida como «jubilación de amas de casa».
El proyecto solicita al Ejecutivo que informe si evalúa eliminar, prorrogar o modificar el régimen para “amas de casa” implementado por las Leyes de Moratorias Jubilatorias. En caso afirmativo, debe detallar los motivos de esas decisiones, y si evalúa el impacto de dichas medidas.
La moratoria previsional para las mujeres mayores de 60 años que quieren acceder a una jubilación y no tienen todos sus aportes regularizados vencerá el próximo 23 de julio, tal como estaba previsto en el cronograma de ANSES y luego de una extensión del plazo original. Con este tipo de políticas se buscó combatir la pobreza y la desigualdad entre los y las adultos y adultas mayores. Dicha reforma previsional benefició a más de 1,8 millones de mujeres en nuestro país, mujeres de entre 60 y 65 años con menos de 30 años de aportes que pasaron a tener acceso a una pensión y cobertura de salud.
En sus fundamentos, el proyecto explica que a pesar del marcado aumento de la participación laboral femenina, la brecha de género sigue siendo aún muy alta. En América Latina, por ejemplo, mientras que casi el 95% de los hombres entre 25 y 65 años trabaja o busca un empleo, solo lo hace el 66% de las mujeres en ese rango de edad. Esta asimetría en la participación laboral, por supuesto, se traduce en la generación de ingresos y, por ende, en el empoderamiento de las mujeres, su autonomía y su dependencia en la vejez.
Por otro lado, el proyecto de Rach Quiroga, indica que según datos de la Encuesta Permanente de Hogares, el 62% de las inserciones laborales asociadas al cuidado están ocupadas por mujeres, mientras que sólo el porcentaje restante, el 38%, ocupan a los hombres. Como contracara, el 94% de las ocupaciones no asociadas al cuidado las realizan hombres y solo el 4% mujeres. Esto muestra la división de tareas en el hogar: la atención de la salud, la educación, la realización de servicios sociales y el trabajo doméstico son, bajo la óptica patriarcal, tareas asignadas a las mujeres.
Otro elemento clave es que la mayor tasa de no registración en las mujeres, que supera en 5 puntos a la de los varones. Hay 36,4% de mujeres con empleo no registrado y 31,9% de hombres con empleo no registrado, según detalla el sitio mencionado.
Acompañan este pedido de informes, las diputadas Fernanda Vallejos, Cristina Britez, Laura Valeria Alonso, Analuz Carol, Mónica Macha y Verónica Mercado.


Vale la pena recordar
La Ley Nacional de Moratoria fue un proyecto que se sancionó en 1995 pero recién la implementó el presidente Néstor Kirchner en 2006. Esto implicaba que las mujeres que tenían 60 años y no llegaban a tener los 30 años de aportes pudieran «comprar» años con un sistema de planes de pago muy accesible. Con este mecanismo se acogieron a este régimen previsional a alrededor de 4 millones de personas en todo el país, según datos de la ANSES.
1.796.439 mujeres que entre 2003 y 2016 se jubilaron por moratoria previsional a ley N° 24.476 se verán afectadas a partir de julio.
“La moratoria es la decisión política de reconocer a la jubilación como un derecho, es decir, reconocer al trabajo más allá de los aportes o no, porque la persona que trabajó, independientemente de la regularidad o no, hizo un aporte a la sociedad con su trabajo. En ese sentido, es fundamental para las amas de casa y es un reconocimiento al empleo doméstico, porque, valga la redundancia, se les reconoce el trabajo para reproducir la fuerza de trabajo” definió Eva Sacco, economista y miembro del Centro de Economía Política Argentina (CEPA), a Noticias Urbanas.
Las mujeres tienen una doble jornada laboral (se estima según el INDEC que destinan seis horas promedio por día a tareas domésticas), pero solo perciben ingresos por una jornada, que tiene –por otro lado– menos horas que la de los varones y, por ende, se traduce en la percepción de ingresos menores.
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