El Correntinazo cumple medio siglo
Parece mentira pero muchos de nosotros, habitantes de la región ubicada en el nordeste de la Argentina, sabemos más o hemos escuchado hablar con mayor frecuencia sobre el Cordobazo que sobre el Correntinazo. Pero es innegable a esta altura de la historia que el primero fue consecuencia del segundo.
Este 15 de mayo se cumplen 50 años, medio siglo de ese momento histórico, que muchos consideran un primer paso para la caída del gobierno militar de facto encabezado por Juan Carlos Onganía. Ese día, pero del año 1969, los estudiantes universitarios marcharon hacia el Rectorado de la Universidad Nacional del Nordeste (UNNE), ubicado en el corazón de la ciudad de Corrientes. Pedían respuestas a una serie de reclamos elevados a las autoridades de esa casa de estudios, además de reclamar ante la escalada represiva. De hecho, la Policía del Chaco había disuelto violentamente dos días antes una asamblea masiva que se estaba realizando en el predio del Campus Resistencia de la UNNE.
Ante esa situación, ese 15 de mayo de 1969, gremios docentes y organizaciones estudiantiles habían convocado a una movilización en contra de la privatización del Comedor Universitario y del aumento exponencial del costo, paralelamente a la disminución de la calidad de la comida. El tema era particularmente importante porque para la mayoría de los estudiantes llegados de localidades del interior e incluso de otras provincias vecinas, era la única forma de subsistencia.
En el corto “El Correntinazo (A 50 años)” que la productora local Payé Cine realizó para contribuir con la memoria colectiva y recordar estos hechos de la historia ¿reciente? (podrán resolver la duda los historiadores, pero seguro que no es parte de la historia antigua), algunos de los que en su momento participaron de los reclamos evocan que fueron fuertemente reprimidos por las fuerzas de seguridad. Aparecen las expresiones “represión salvaje”, “cacería”, “venían con sables, lanzagases, a garrotazos, con pistolas 45…”, “se veían las balas picar por el pavimento”.
Una de esas balas fue la que atravesó –paradójicamente en la Plaza Cabral- el cuerpo de Juan José Cabral, un estudiante de Medicina de 22 años, oriundo de Paso de los Libres al que sus más cercanos llamaban “Chelo” o “Enano”. Y su muerte se convirtió en un símbolo de lucha.
Resulta necesario revisar estos hechos que no concluyeron con ese asesinato sino que fueron la antesala de lo que una semana después fue el “Rosariazo” y otra semana más, el “Cordobazo”. Y seguramente también podremos encontrar en esos hitos históricos algunos de los motivos que después aparecen en momentos como la última dictadura militar que comenzó siete años después e incluso en las políticas neoliberales de la década del ’90. Porque la historia es así, permite encontrar en hechos del pasado la explicación a situaciones posteriores, como un círculo vicioso o un loop interminable.
Para hacer ese ejercicio de memoria, de recuperación del pasado e interpretación del presente, para evitar repetir los mismo errores, para conocer y entender mucho de lo que actualmente forma parte de nuestra identidad regional, el documental de Payé y el libro “Che, mataron al enano” de María Laura Riba, son dos de los productos culturales que debemos conocer. Por ellos, por nosotros y por quienes habiten estos suelos. Para que esa sangre no haya sido derramada en vano, para aprender de los errores del pasado, para que nunca más tengamos que lamentar víctimas de las políticas económicas impulsadas por un Estado represor. Por memoria, verdad y justicia, Juan José Cabral ¡presente!
Categoria: Historia | Tags: Derechos humanos, dictadura, Historia, Políticas públicas | Comentarios: 0