Lo que nos costó la profesionalización del fútbol femenino


Son tiempos de cambio y las mujeres están marcando la cancha. Pero para hacerlo, algunas tienen que parar la pelota. Macarena Sánchez fue desvinculada de UAI Urquiza, el club donde jugó los últimos siete años. No podía jugar ni entrenar en otro club hasta pasados seis meses. Inició acciones legales y el resultado fue nada menos que el puntapié inicial para la profesionalización del fútbol femenino en la Argentina.
“Soy una trabajadora deportiva, una jugadora de fútbol que entrena todos los días. El 5 de enero, una semana antes del día que debíamos reincorporarnos, recibí el llamado del director técnico diciéndome que ‘por razones futbolísticas’ me desvinculaban del club. Solo eso. Nadie de la dirigencia se comunicó conmigo. Si esta denuncia la hacía unos años atrás, nadie la iba a escuchar”, dijo a Revista Cítrica.
El 15 de marzo de 2019, la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) y Futbolistas Argentinos Agremiados firmaron un acuerdo para profesionalizar el fútbol femenino. El presidente de la AFA, Claudio Tapia, anunció que se destinará una ayuda de 120 mil pesos mensuales a cada club durante un año para que puedan cumplir con el pago de los salarios de las jugadoras profesionales.
En Twitter, Macarena Sánchez escribió: «El fútbol femenino es profesional gracias a NOSOTRAS. A las que nos bancamos tantos años de mierda. Esto es el comienzo, hay que seguir reclamando por lo que todavía falta. Y a aquellxs que decidieron callar, entiendan ahora la importancia que tiene alzar la voz».
Tapia nunca la recibió, pero ella advirtió: «Seguiremos sufriendo grandes desigualdades, pero también jugando y luchando. Y los que estaban ahí sentados de traje hablando de igualdad, nos tendrán que escuchar a nosotras dándoles lecciones de vida y de género”.
¿Qué ganamos?
La Liga de Primera División de mujeres la integran: Boca, River, San Lorenzo, Racing Club, Independiente, Huracán, UAI Urquiza, UBA Fútbol, Lanús, Platense, Villa San Carlos, Estudiantes de La Plata, Excursionistas, El Porvenir, Deportivo Morón y Atlanta.
En la conferencia de prensa junto a Sergio Marchi, titular de Futbolistas Argentinos Agremiados, Tapia dio algunos detalles:
· La entidad enviará 120 mil pesos mensuales a los 16 clubes de Primera división para que firmen contratos con un mínimo de ocho jugadoras y un máximo de 11.
· El sueldo básico será equivalente a los futbolistas de la Primera C del torneo de varones.
· Las jugadoras accederán a obra social y atención médica.
· Se creará un torneo llamado Fútbol en evolución, similar a la Copa Argentina, que se disputará con equipos del interior que hoy no compiten en el campeonato local (integrado por clubes de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) y de la provincia de Buenos Aires). Se empezará a jugar a fin de año o a principios de 2020.


“Somos trabajadoras del deporte”
“Nosotras no tenemos respaldo legal ni gremial y cuando pasan estas injusticias no tenemos qué hacer. Y estas situaciones pasan bastante seguido. El mío no es el primer caso, es el primero que se conoce. Es la primera vez que se inician acciones legales, pero la precarización laboral y las malas condiciones son moneda corriente en el fútbol femenino. Es necesario hablar, no callarse más”, dijo Macarena a Cítrica.
No estamos hablando de un hobbie. “Hay chicas que tienen que pagarse el micro que las traslada los fines de semana para jugar de visitantes. Hasta se han pagado las ambulancias que deben asistir a los partidos y corresponde a los clubes. Las han pagado las chicas. Y hasta los materiales para entrenar, en muchos casos, los llevan las chicas. Hay clubes que ni una pelota te dan. Juego con chicas que, por distintas situaciones-falta de tiempo o plata- llegan a entrenar sin comer. Somos jugadoras de alto rendimiento, no podemos tener tremendo desgaste sin alimentarnos bien. La desigualdad es notoria en el derecho salarial y en las cosas básicas”. Y fue categórica: “No hay club donde el fútbol femenino tenga las mismas condiciones que el fútbol masculino”.
Cosa de feministas
No es casual que en estos tiempos de grandes debates en torno a la igualdad entre los géneros se den estos quiebres. “El movimiento feminista fue muy importante para nosotras porque nos empujó a luchar por nuestros derechos como mujeres, en un mundo patriarcal que nos somete permanentemente, pero también como jugadoras. Miles de mujeres salimos a las calles a reclamar: basta de matarnos, pero también basta explotarnos, de subestimarnos, de no tomarnos en serio. Si esta denuncia la hacía yo hace unos años atrás nadie me iba a escuchar”, dijo Macarena.
La sororidad aparece siempre: “Me sentí acompañada por otras jugadoras, periodistas, ex jugadoras. Se suman muchas chicas a visibilizar cosas que no se habían contado antes, pero pasan desde siempre”.
A fines de febrero, las capitanas de los equipos se reunieron con Macarena Sánchez y Matías Lammens, el presidente de San Lorenzo, para elaborar el proyecto que se le entregó a Tapia. El anuncio del funcionario se acerca bastante a lo propuesto.
Elisabeth Minning, arquera de Boca, contó a Página 12: «Nunca pensé que esto se iba a dar, pero también tengo preocupaciones. ¿Qué sucederá con mis compañeras que por ahí no pueden acceder al contrato? ¿Generará eso una situación de conflicto? ¿Podrán poner plata los clubes para tratar de pagarnos a todas? Son dudas, se irá viendo todo en el camino. Este es un puntapié inicial».
Otra de las protagonistas de esta revolución, la capitana de Racing, Florencia Romero, reflexionó: «Debería ser un acuerdo con contratos para todas, porque si no sigue habiendo desigualdad. Desigualdad entre nosotras. Tiene que haber aportes de los clubes, de empresarios. Estaría bueno que los dirigentes viajaran y fueran a Europa donde hay partidos de mujeres que convocan a 40 mil personas- para ver qué pasa ahí, cómo se arma eso». Calculó que si los 120 mil pesos se dividen en ocho jugadoras, cada una cobrará 15 mil pesos mensuales, una suma que es claramente insuficiente y pero aún si la división es entre 11.
La jugadora Fernanda Frambatitra aportó: «Es cierto, no sé si va a alcanzar para vivir, pero al menos para comprarte los botines, que a veces no te alcanza. No se puede empezar a correr sin caminar, así que creo que es un primer paso. Seguiremos peleando».
Iluso es pensar que en un club como River, Boca o San Lorenzo los jugadores tengan que comprarse sus botines y pagarse su ambulancia. Iluso parecía imaginar que las chicas pudieran pisar la cancha como profesionales. Cada ilusión patea un paso, cada paso es un derecho conseguido. Pero ninguno es de taquito.
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