La información que nos desinforma


Existen diversas teorías que difieren sobre el sentido de la verdad. Dicha palabra como expresión real sobre un hecho determinado. El problema principal surge en la concepción de creer que pueda haber una sola respuesta para cada hecho acontecido.
Para comenzar hay que recordar que «la palabra», proviene de una construcción social de conceptos a los cuales le damos un significado según la cultura, y los actos socialmente aceptados dentro de esa cultura . Es por ello que así como en la asignatura historia, repetimos incansables veces un listado de palabras sin sentido, antes de ir a recitar una lección.
«El problema es quiénes son los que se encargan de brindar los datos, que vienen aparejados a intereses suprasociales como las grandes corporaciones, las farmacéuticas, los laboratorios, los productores de alimentos»
No es más que el resultado de un sistema educativo, que avala ciertos libros que son escritos por personas a quienes su visión conviene para la masificación del conocimiento. Foucault y sus grandes críticas al sistema educativo expone la posibilidad de crear esa «verdad» como un valor. Al ser aquel de este tipo, va depender de la cosmovisión personal de quien la cuente, y para crear un consenso, se requiere que cada uno de los espectadores tenga la facultad de recrearla mediante un propio pensamiento crítico.
El sistema educativo como recreador de valores y difusor de información está quedando obsoleto, frente a tantas fuentes actuales y a tan rápido alcance. El problema es quiénes son los que se encargan de brindar los datos, que vienen aparejados a intereses suprasociales como las grandes corporaciones, las farmacéuticas, los laboratorios, los productores de alimentos. Que lejos de incentivar el desarrollo de las personas, buscan saciarse de una ventaja que, a largo plazo crea un paradigma errado en el cual nos toca vivir .
Es muy irónico pensar que grandes hospitales auspiciados por farmacéuticas van a promover la medicina natural y no la proporción de un medicamento que lejos de curar, adormece la causa principal del padecimiento, trayendo además consecuencias en todo el organismo.
Con la inmensa oferta de información que nos brinda el sistema, podemos ver que, paulatinamente, hay gente que despierta y crea una conciencia sobre su cuerpo, su alma y su entorno. Hay mucha más creación de huertas, alimentación consciente, uso de hierbas naturales y tratamientos alternativos que hacen en sí mismo el arte de curar.
Pero muy difícil es romper aquel esquema, si desde el preescolar nos inculcan un destino mecánico, adormecido por un sistema de consumo que radica en nuestra propia destrucción como sociedad.
*Antonella Ramírez -Abogada
Categoria: Columnista | Tags: Comunicación, economía, Educación | Comentarios: 0