Sobre «La próxima lluvia» de Tete Romero


Dos de las plumas más grandes de la literatura chaqueña, regional y nacional ensayan sendas reseñas para invitar al libro. Y es un convite al que nadie puede negarse así que ¡pasen y lean!
La próxima lluvia, novela de Tete Romero, amigo, paisano y colega
* Por Mempo Giardinelli
No es usual encontrar tanta precisión y pureza en la literatura argentina de hoy, y ni se diga en la del Chaco y el NEA. En un mundo (literario) demasiado preocupado por la velocidad y el maldito mercado, La próxima lluvia sorprende porque está estupendamente escrita, con una densidad y una riqueza lingüística infrecuente.
Texto argumentalmente complejo y arduo de leer, podría decirse que es una novela antigua, en el sentido de que La próxima lluvia no es el tipo de narrativa que se escribe hoy. Me parece por eso una narración inesperada, una novela heterodoxa, como la calificaría David Viñas. Y es que la historia que narra Romero es una, pero siendo a la vez múltiple y caleidoscópica, de ahí que resulte ardua y compleja. Porque la trama que nos cuenta no es llana, y porque la sucesión de nudos que expone la tornan por demás abarcativa. Es un texto, digo, que va y que viene por diferentes historias, y así retrocede siglos y toca la conquista, y toca las guerras gauchas, y toca el trágico año chaqueño de 1924, y toca la fundación misma de estas localías no imposibles pero sí delirantes, y toca también la literatura menos conocida de estas tierras –Horacio Quiroga, Rodolfo Walsh– así como la Guerra de la Triple Alianza y la importancia histórico-estratégica de la Isla del Cerrito. Y como además esta novela no da tregua al lector, también lapida a Sarmiento, sin comprenderlo en toda su dimensión (como es moda y a mí me contraría, lo confieso), y toca las tragedias entrerrianas del siglo XIX, y toca la organización nacional y también pasados más recientes. Y digo pasados en plural, o sea, los muchos pasados que trajina esta novela y que acaso son exceso porque son historias conocidas, o al menos ya narradas, recuperadas, visibles en otros libros.
Pero uno ya sabe –y uno vengo a ser yo– que los narradores nos enamoramos de las historias y siempre estamos tentados de revisitarlas y reescribirlas aggiornándolas. Y Romero en este libro hace todo eso, ya que su intención, me parece, fue hacer lo que hizo: una novela total.
La mamushka de Tete Romero
*Por Mariano Quirós
Torrencial, y por eso mismo apasionada, La próxima lluvia funciona como un estallido. La vida, y eso es algo que sabemos hace mucho tiempo, es una novela enloquecida. Tete Romero pareciera haber asumido esa lógica a pie juntillas; y escribe como si quisiera llevar al extremo esa certeza, esa urgencia. Escribe como quien cuenta la vida.
Su voz narradora —o las voces, mejor dicho, las voces que se cruzan y atraviesan— complejiza cada escena, la desmenuza, hasta la última gota. Es una voz que lo cuenta todo. E incluso tiene el afán —anacrónico y maravilloso— de contar un poco más.
A veces peco de atrevido, pero esta vez seguro que no: mi lectura de La próxima lluvia me llevó al sentido trágico, a la desolación, a la prosa urgente y poética de los rusos. Me sentí, de pronto, junto a Dostoiesvki, Gogol, Pushkin, incluso con Roberto Arlt, el más argentino de los escritores rusos. A ellos, habrá que sumar ahora a Tete Romero, el moscovita más chaqueño.
Y a La próxima lluvia como una gran Mamushka, una novela-muñeca rusa: un estallido de historias, una historia que contiene otra y a su vez otra y otra más. Una gran preciosa vida.
*Escritor
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