A nosotros también nos puede pasar


216 muertos en Chaco por siniestros de tránsito durante 2016.
Nicolás Ivancovich es médico. Desde hace dos años está al frente del Servicio de Emergencias de la Provincia del Chaco. Los miércoles se hace un tiempo para hablar en las escuelas sobre educación vial con chicos y chicas que están en la secundaria. Uno de los ejemplos que utiliza buscando mejores conductas viales es el de ponerle cara a los números. Pide a un grupo de alumnos que se pare, y a los que están sentados, les pregunta: ¿y si los siniestrados fueran ellos? ¿Pasaríamos menos semáforos en rojo si pensáramos que con esa decisión podríamos lastimar a una persona cercana?
Trabaja buscando personas heridas o muertas, por eso fue empujando al grupo de trabajo de la Unidad Central de Coordinación de Emergencia Médica (UCCEM), a ocuparse de registrar cada una de las experiencias diarias, para expresarlo a modo de estadística.
El cruce de las avenidas Ávalos y Rivadavia, y el de avenida Ávalos y Santa Fe son los dos que durante el 2016 registraron más de treinta siniestros viales. En uno, luego constatar los datos con el Foro de Seguridad Vial, instalaron un semáforo. El médico reconoce que esa acción mejoró los índices pero que no desaparecieron porque cruzar semáforos en rojo es una de las actitudes que más llevan a la colisión. Por eso insiste en hablar de educación para lograr cambios en la conducta.
Pablo Haiquel es director del Área de Educación Vial de la Dirección de Vialidad Provincial del Chaco. Con mucha frecuencia recuerda que los países que mejoraron su conducta vial, lo hicieron con materias obligatorias en las escuelas desde los primeros años, donde aprendieron a manejarse de manera segura. Pero también con sanciones severas.
En nuestra provincia, la educación vial es considerada un “contenido transversal”. Eso significa que pueden y deben desarrollarlos en las diferentes materias porque el tema las atraviesa a todas. ¿Deberíamos cambiar esta mirada?
Mientras que en la esquina de avenida Avalos y Santa Fe queda en la memoria colectiva el siniestro que se llevó la vida de una persona que estaba sentada tomando un helado, cuando una camioneta subió descontrolada a la vereda. Su conductor había tomado alcohol. El recuerdo de esa situación, que se viralizó porque el comercio tenía una cámara que registró el momento y por el cariño que despertaba la figura del empresario fallecido, sirve también de ejemplo para pensar que la seguridad vial. “Tiene que ver con la conciencia social de la comunidad”, dice Ivancovich, “porque podemos tener buena conducta en la calle pero ser víctimas de quien no la tiene”.
El doctor Ivancovich tiene tantos registros visuales y emotivos, acumulados durante horas de auxilio, que los datos y la opinión sobre lo que podría hacerse para evitar tanto dolor surgen en la charla con Bohemia, casi sin pausa. Así como la palabra siniestro. “La caída de un rayo es un accidente, todo lo demás son siniestros”, nos dice, refiriéndose a todo lo que se podría haber evitado.
Durante el 2016, asistieron a 6.109 personas. Este año van por las 5.800, lo que les hace presumir que van a superar esa cifra. Aunque reconoce que han ampliado el registro con casos de Fontana y Barranqueras.
¿Son las motos el problema?
Si bien el dato no aparece destacado en los registros del Servicio de Emergencias (SE), afirman que el % 70 de los siniestros son provocados por conductores de motos.
La Asociación Luchemos por la vida, de la ciudad de Buenos Aires, afirma que el 34 % de las víctimas mortales en Argentina fueron ocupantes de motocicletas; la mayoría, menores de 25 años. Educación, controles y sanciones son recomendaciones que reitera la organización.
Casi como un lugar común, muchos repiten que el fácil acceso a una moto, que se adquiere con créditos a sola firma, es una de las pistas del problema. Pero, ¿manejaríamos mejor si el acceso fuera más limitado? Y los que pudieran acceder ¿serían más cautos? ¿Son mejores los conductores de autos o sólo tienen menos márgenes de maniobra?
Resistencia vial
El reporte de la UCCEM tiene precisiones tales como que a las 8 de la mañana, al mediodía y por la tarde, de 18 a 20, son los horarios en los que reciben más llamadas para socorrer a personas accidentadas.
El año pasado, un chico de 15 años que iba en su motocicleta a la escuela, falleció aplastado por un camión.¿Qué nos pasa para que un niño corra tan apurado para llegar a la escuela que pierda la vida en ello?” se preguntaba el doctor Ivancovich.
Los viernes; la noche durante los fines de semana; las horas del día durante los días hábiles, también están contabilizados como los de mayor siniestralidad. Los cruce en avenida Castelli entre avenida Alberdi y Frondizi; avenida San Martín entre Franklin y Cervantes; avenida Castelli entre Arbo y Blanco y San Lorenzo, son lugares en los que se registraron, también, más de 30 siniestros en el 2016.
En los últimos diez años, en Resistencia se registraron cerca de 200 mil vehículos más, entre autos y motos, según datos de un estudio realizado entre la Municipalidad y Vialidad Provincial. En porcentajes sería 69 % más de autos y 356 % más de motos.
Muchas muertes, demasiadas; todas evitables. “Hay que cambiar la forma de educar, motivando”, sugiere el médico de emergencias. Y recuerda otro de los momentos compartidos con los adolescentes, cuando les pide que levanten la mano los que crean que van a tener una lesión por un siniestro de tránsito: ahí no encuentra ninguna en alto. Parece que siempre creemos que no nos va a pasar y, quizás por eso, no disminuimos la velocidad en las esquinas, cruzamos semáforos en rojo o presumimos de que no nos va a pasar porque somos cautos. Pero “la seguridad vial debe ser parte de la conciencia social”, dijo Ivancovich, pero ¿qué hacemos a diario al volante o al manubrio, para mejorarla?
Categoria: Compromiso social, Siniestros viales | Tags: Chaco, Compromiso social, siniestros | Comentarios: 0