Cáncer ¿Y ahora?


*Por Cga./DG Ana Paola Moro
Luego de toda “La batería” de estudios, las idas y venidas entre médicos y centros de salud, finalmente nos diagnostican cáncer…El mundo se nos viene encima y pensamos en mil cosas a la vez. Una de las preguntas más comunes suele ser ¿Por qué?
Pero… ¿qué es el cáncer?
Es un conjunto de enfermedades que producen un desequilibrio en la evolución natural de las células, comprometiendo órganos y su función.
Entonces, cuando empezamos a asimilar la importancia de seguir un tratamiento, se nos viene a la mente los efectos secundarios… ¿Cuáles? Las náuseas y la caída de cabello, suele ser la preocupación más frecuente entre las mujeres.
Y sí. Los distintos tratamientos para combatir el cáncer producen algunos efectos indeseados, como ser la alopecia, cambios en las uñas, sequedad en la piel, manchas en la piel y también en todo el tramo gastrointestinal.
¿Por qué? Porque los fármacos que combaten a las células “malas” también afectan a algunas células de reproducción rápida que se encuentran, justamente, en la piel, sus anexos y el sistema digestivo.
Pero… ¿Qué se puede hacer al respecto?
Para luchar contra el cáncer tenemos:
* Quimioterapia
* Radioterapia
* Inmunoterapia
* Hormonoterapia
* Y la propia voluntad de querer salir adelante. (A mí, particularmente, me gusta llamarlo “Empoderarnos de la enfermedad”)
A los efectos secundarios también tenemos maneras de sobrellevarlos. Es muy importante la información previa, es decir antes de comenzar el tratamiento, sobre lo que nos va a suceder. También se debe tener claro que los efectos varían en función de la dosis y de la duración del tratamiento.
Y, pese a que muchas veces la estética queda relegada a un último lugar y se suele considerar algo frívolo, en cuanto a lo emocional, juega un rol muy importante. De pronto nos encontramos con una imagen frente al espejo que no coincide con nuestro “yo saludable”.
Incluso, aunque parezca mentira, afecta nuestros puestos de trabajo. Cuando la imagen suele ser más importante que las capacidades, muchos empleadores despiden o cambian de lugar a pacientes en tratamiento. Y esto es una triste realidad.
Por lo tanto, hablemos de cómo podemos “empoderarnos” de nuestra imagen. La información y la elección de la peluca es una actuación que se debe hacer antes del inicio del tratamiento. Es recomendable cortarlo antes de su caída (Que suele producirse 14 días después de la primera quimioterapia).Incluso puede hacerse una peluca con el cabello propio, si se desea.
También es importante empezar a hidratar y nutrir la piel de todo el cuerpo antes de comenzar cualquiera de los tratamientos.
Durante el tratamiento:
En cuanto a la alopecia (caída del cabello), hay que tener en cuenta que la piel del cuero cabelludo se afina también. Por lo tanto, es fundamental mantenerlo protegido con gorros, turbantes, pelucas y hasta protector solar. Como esta piel se encuentra muy sensible y propensa a reacciones, hay que tratar de evitar:
– Rizadores eléctricos, rulos, horquillas etc., que dañan el cuero cabelludo y favorecen la caída del pelo.
– Lacas o espumas fijadoras.
– Emplear cremas con protección solar alta (+50), siendo la mejor elección los filtros solares físicos ya que con ellos disminuye el riesgo de desarrollar una dermatitis de contacto.
– Lavar la cabeza con champús suaves, neutros (ph 5,5).
– En casos de preferir llevar la cabeza desnuda, es muy importante que se protejan la misma contra el frío y el sol, además de con sombreros, pañuelos etc.
– Emplear para el secado una toalla suave.
Las pieles se van a presentar secas, muchas veces con picazón ya que se vuelven finas, frágiles, irritables y hasta con manchas…
Es muy importante protegerlas del sol con pantallas, hidratarlas y nutrirlas con productos suaves, y preferentemente, de laboratorios reconocidos y testeados. Y no solo por una cuestión estética, sino para evitar males mayores.
En el caso de las pieles irritadas por los efectos de los rayos, se deben evitar los geles criógenos, e incluso productos como la manzanilla, que si bien es descongestiva, suele secar aún más la piel, provocando el efecto contrario. En todo caso, es preferible aplicar compresas con caléndula o tilo, solo una o dos veces en el día.
Con respecto a las uñas, pueden ser esmaltadas sin mayores problemas. Es aconsejable no someterlas a manicurías por personas que no estén capacitadas para hacerlo, ya que se pueden provocar lesiones que traigan infecciones posteriores.
También es necesario evitar las uñas esculpidas ya que son realizadas con procedimientos y productos muy agresivos que terminaran dañando la matriz (raíz) de la uña. Los esmaltes baratos suelen ser perjudiciales también.
La buena noticia:
El cáncer con detección temprana es curable.
Si está avanzado, se puede cronificar. Una vez terminado el tratamiento, la piel mejora sensiblemente, el cabello crece y las uñas también. Nunca hay que olvidarse de seguir cuidándose del sol y nutrirse bien. La alimentación, los descansos, la hidratación, las salidas al aire libre ayudan mucho.
Si no tenés cáncer, es muy importante hacerte controles anuales para poder detectar la enfermedad a tiempo. Si ya lo tenés o algún familiar lo tiene, considerá que el tratamiento médico es importante, pero también lo es un apoyo profesional, ya sea enfermero, psicológico, dermatológico, entre otros.
Y no te olvides de vivir cada minuto. Porque, como dice la canción, de Marilina Ross:
“Merecer la vida
es erguirse vertical más allá del mal de las caídas.
Es igual que darle a la verdad
y a nuestra propia libertad la bienvenida.”
(*) Mat. Prof. N° 3909