Los posters que le faltan a tu pared

Por Lorena Gómez

Cuantas voces, cuantas canciones, cuantas anécdotas no escuché. Yo, que escucho rock desde que puedo oír. Que no puedo dimensionar la cantidad de tapas de vinilo, ni las cajas de cassettes, ni revistas de rock que copaban el espacio de mi casa de la infancia y el auto de mi viejo. Ya no son tiempos de colecciones físicas y todo ese capital cultural se ha perdido. Ahora escucho música en Spotify, difícil encontrar el tino para esquivar el Daily Mix.

Buceando en el laberinto digital choqué con “Mostras del rock”, una serie en formato podcast de siete capítulos de menos de media hora, en la que «Barbi» Recanati habla de mujeres que fueron “tan o más importantes que cualquier ídolo roquero que tengas en tu cajón de remeras, pero que por razones sociales y culturales no están en tu remera”. Barbi es cantante y compositora, ex vocalista y guitarrista de la banda de rock y punk Utopians, está dando sus primeros pasos como solista, y mientras, graba para “Futurock”.

El relato se mueve entre heroínas invisibilizadas y anécdotas olvidadas. El lado B de la historia de rock, antes de que la palabra existiera. ¿Cómo surgió? ¿Quiénes lo fundaron? ¿Sabías que fue Mamie Smith quien grabó el primer blues de la historia? ¿Y que Walda Jackson, la reina del Rockabilly, fue la primera mujer en grabar un rock and roll, aunque le dijeran muy claramente que “las chicas no venden discos”?

Muchas chicas malas en lugares equivocados tratando de hacer música diferente. Como Cordell Jackson, “que tocaba un country demasiado rápido y molesto que muchos años después sería recordado como rock”, rechazada de tantas maneras de la industria de la música, que terminó creando su propio sello discográfico en 1956, Moon Records. La historia no le hizo justicia, no solo por ser mujer, sino por crear un sonido 20 años antes de tiempo.

O como la prodigiosa Nina Simone, que entra al mundo del jazz y el soul no por propia decisión, sino por ser rechazada repetidamente en escuelas de música clásica por negra. Y en este camino se hizo de una amiga, Janis Joplin, la nena más fea del colegio según sus compañeros, y tal vez la mujer más importante del rock.

Y así, Barbi va zigzagueando entre canciones ultraconocidas, sonidos increíblemente familiares y nombres femeninos que se cruzan impunemente con los de los niños mimados del rock.

El podcast, esta nueva forma de escuchar, al menos para mí, no permite dejar el próximo capítulo para después. Menos aún, Mostras del rock, que te invita a tomar nota y escuchar discos enteros de artistas que conocías y que no, y googlearlas, verles la cara y el look. ¡Gracias era de Internet por hacer tan fácil la tarea de desempolvar viejos armarios!

Mostras pasa por la psicodelia de los ‘60, el punk de los ‘70, el pop rock de los ‘80, la tercera ola feminista en el rock, hasta el fin del milenio con los grandes íconos femeninos como Bjork, Garbage y Alanis Morrissette. Escucha obligatoria es este podcast que, espero, no se quede acá. Aunque todavía tengo mucha tarea pendiente para escuchar artistas y discos de la década del ‘20 para acá, espero con ansias el “Mostras del RockNA”.