Alianza argentina-austríaca: La agricultura familiar como lucha contra el cambio climático


En el marco de la alianza estratégica entre Austria y Argentina, durante este mes representantes austríacos recorrerán Chaco, Santa Fe y Buenos Aires para participar de instancias de capacitación e intercambio. Llegaron al territorio chaqueño para desarrollar un encuentro en donde participaron productores y pequeños productores de toda la provincia.
Los trabajos que planea realizar el Instituto de Cultura Popular (INCUPO) junto con la organización austríaca Welthaus durante los próximos tres años aspiran a mejorar las condiciones de vida de la agricultura familiar en ambos países. Esto se realizará con el financiamiento del Ministerio de Ambiente del país europeo.
El proyecto funciona a partir de la cooperación simétrica entre estos dos sectores, con una propuesta metodológica que involucra a los productores de agricultura familiar para que construyan un contacto entre ellos, uniendo así a ambos países.
Una suerte de gira que comenzó en la ciudad de Resistencia y continuará con visitas a pequeños productores de General San Martín, Pampa del Indio, localidades de Santa Fé y finalmente Buenos Aires, donde se darán a conocer las conclusiones de los encuentros bajo el título “La Agricultura familiar, Sistemas agroalimentarios, y la necesidad de Proteínas para el desarrollo”. Como parte del proyecto, representantes de Argentina realizarán las mismas actividades en el país europeo para principios del 2023.
La importancia de esta alianza reside en su gran potencial de cambio y reivindicador de los pequeños productores. Cabe recordar que este sector generalmente desplazado por no estar registrados en AFIP, se vió gravemente afectado por los largos períodos de seca durante el mes de septiembre, en especial para la siembra de hortalizas, cucurbitáceas o para la cría de ganado menor.
La sequía forma parte de los muchos impactos climáticos provocados por la situación delicada en la que se encuentra nuestro ambiente. Ya que el aumento sostenido de las temperaturas disminuyen la humedad del suelo, suprimiendo el crecimiento de las plantas, lo que a su vez retiene las precipitaciones provocando más sequía. Un ciclo que afecta directamente a la agricultura familiar, que produce el 80% de los alimentos que se consumen en el mundo.
Estos desafíos ambientales, junto con la recesión de agricultores familiares son factores contextuales que atraviesa no sólo Argentina, sino que también lo hace Austria. Así lo explicó el presidente de INCUPO, Ernesto Stahringer, quien afirmó que en ambos países la agricultura familiar ha disminuído entre un 25% y un 30% en las últimas décadas, a causa de la gran concentración de sistemas de agronegocios alimentarios.
En este punto Juan Carlos Figueredo, integrante de la organización, señaló que “hay una cadena muy amplia de actores en la sociedad que desaparecen, cuando los que se instalan en el territorio son las grandes empresas y empobrecen esas economías locales. Ante esto, mediante la alianza buscamos hacer aplicables y dar relevancia a alternativas posibles: las ferias, el manejo de bosque para ganadería, y la apicultura. Esas son solo algunas de las posibilidades”.
“Somos agricultores familiares dentro de la casa común, no importa si es Chaco o es Austria, unidos para construir una mirada común sobre problemáticas actuales: la sojización, la deforestación, el desalojo de los campesinos y sus alternativas, como la ganadería ecológica, la producción de hortalizas y frutales, sumando a municipios, analizando los condicionamientos que hacen que la agricultura familiar no se pueda expresar en toda su potencialidad”.
Juan Carlos Figuereo, representante de INCUPO.
Stahringer afirmó además, que los dos países comparten las consecuencias que este modo de producir genera: “el cambio climático, con impactos aquí y allá: en primer lugar, en Austria tienen 2 grados centígrados más que hace 30 años y acá, un ciclo de inundaciones y sequías. En segundo lugar, la pérdida de la calidad y diversidad alimenticia en todos los pueblos. Y, en tercer lugar, la contaminación, cambiando químicos hiper contaminantes por algunos simplemente contaminantes”.
El cambio climático y la degradación de las tierras ponen en verdadero peligro a las agriculturas familiares. Un informe de principios de año del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC por sus siglas en inglés) advierte de que el cambio climático afecta ya a la producción y disponibilidad de alimentos, exponiendo a millones de personas a una grave inseguridad alimentaria. Ya que el rendimiento de algunos cultivos como el maíz y el trigo ha disminuído y peligrado por los cambios climáticos, estimándose un incremento de hasta el 29% en el costo de los cereales para 2050. En este sentido, la agricultura familiar se ve como un componente central para la lucha contra el cambio climático en cuanto a su mitigación y adaptación, con una respuesta sostenible, inclusiva y viable.
Sobre esta cuestión Margareta Moser, una de las representantes de la organización austríaca Welthaus sostuvo que la importancia de la agricultura familiar reside en su capacidad de proteger al ambiente. Haciéndose necesario pensar cómo fortalecerla, y cómo lograr que la producción de los alimentos esté en manos de los pequeños productores. “Todos esos son aspectos que tenemos en común ambos países. Desde este proyecto creemos que es muy importante abordar estos temas que son globales, desde un punto de vista global”.
“Estamos apenas en el comienzo de ese proyecto de tres años. Esto es sólo la base para tener un entendimiento mutuo. Pero queremos proponer soluciones que ya están. Ya hay maneras muy positivas para el medio ambiente de cómo hacer ganadería y agricultura. Queremos poner el foco en estos métodos que son amigables para el clima, manteniendo un diálogo con la política para llegar a una agricultura que no daña a los pequeños productores, y que no daña al medio ambiente”
Margareta Moser, representante de Welthaus.
Parte de esta postura es la principal motivadora de la institución de la que Moser es parte. Ya que Welthaus, una organización católica de Graz, está comprometida con la cooperación por el desarrollo, con el objetivo de trabajar por una sociedad sostenible. Apoyando y acompañando proyectos en otros países como Brasil, Guatemala, Laos, Senegal, Eslovaquia, Tanzania y Ucrania.
Así lo establece en su página oficial: “Organizamos talleres/conferencias con oradores invitados del Sur Global que facilitan el intercambio mutuo de experiencias para aprender unos de otros. (…) Nuestras actividades de cabildeo se centran en la soberanía alimentaria en todo el mundo y el derecho a la tierra”.
Esta oportunidad de encontrarnos culturalmente con costumbres y formas de producción más cuidadosas del ambiente no se debe desaprovechar. Aprender, enseñar, dialogar y desarrollar nuevas herramientas de cambio y adaptación frente a los desafíos climáticos fortalecerá a nuestros pequeños productores, y nos permitirá revalorizar la importancia de la agricultura familiar.Sin agricultura familiar, no hay futuro: como sociedad, reconozcamos y apoyemos a los y las agricultores familiares para transformar y revertir la crisis climática y alimentaria. Volver a costumbres ancestrales nos enraiza a nuestro suelo, el mismo que nos da los alimentos.
Categoria: Agroecología, Ambiente, Compromiso social | Tags: Agricultura familiar, Agroecología, Crisis climática | Comentarios: 0