“Yo no debería tener menos derechos en Internet que una canción”: el movimiento BodyRight contra la violencia digital


Las movilizaciones en torno a los cibercrímenes, la difusión no consentida de contenido íntimo, la suplantación de identidad en línea, el acoso y el hate virtual, el ciberflashing y otras formas de violencia digital, no sólo se están tratando desde la lucha por un marco legal que contemple estos crímenes, los perfiles de profesionales capacitados en la materia que buscan generar concientización, o el propio boca a boca.
Desde la Fundación Bellamente y el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) ha surgido BodyRight, un movimiento social que nos pide que nos tomemos en serio la violencia digital por cuestiones de género. Tal como su comunicado lo expresa, parte de considerar que “tu cuerpo te pertenece, incluso en Internet”.
La red se ha vuelto un espacio en donde quienes infringen el derecho de autor son rápidamente sancionados y los contenidos inmediatamente retirados de las plataformas digitales. Esto no sucede cuando se sufre o atestigua violencia de género en línea, por lo que pareciera que para estas redes el copyright es más importante que los derechos a la intimidad y al honor.
A pesar de que las redes sociales virtuales se declaran plataformas democráticas en contra de la discrminación y la violencia, estas reproducen las desigualdades y las agresiones presenciales. Por lo que las mujeres, el colectivo LGBTIQ+ y otras comunidades disidentes son blanco común de hostilidades, ya que “tienen más probabilidades de experimentar violencia digital”, de acuerdo al comunicadode Body Right.
Debe agregarse a esta condición, las particularidades de las propias redes sociales a las que se adaptan las formas de ciberviolencia. Así terminan por dificultar los procesos de detección, sanción y eliminación de los contenidos violentos. Algunas de las características de los cibercrímenes de acuerdo a las investigadoras del CONICET (Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas) Belén Chiliano, Raquel Tarullo y Yanina Frezzotti son el anonimato, la automatización y la acción a distancia, lo que implica un fácil control sobre las víctimas.
Tal como explicó a Proyecto Bohemia el subcomisario Eduardo Escobar de la División de Cibercrimen de la Policía del Chaco, estas condiciones implican que para perseguir el delito de la violación a la intimidad se vuelva necesario tomar medidas inmediatas particulares para llegar a una resolución. Es crucial registrar con exactitud la URL del perfil que cometió el crimen, y no se debe borrar el contenido sancionable ni reportarlo a la red social antes de realizar la denuncia, para resguardar la evidencia.
En caso de sufrir algún tipo de violencia digital puede comunicarse con el Departamento de Cibercrimen de la Provincia del Chaco a través de su email pol.div.delitecno@chaco.gov.ar o su teléfono de contacto 0362 443-4127.
No debemos olvidar el gran prejuicio que los contenidos que vulneran la intimidad de una persona generan en la integridad psicoemocional de la víctima, y las secuelas que ocasiona. La violencia digital y en particular la violación a la intimidad, afecta su vida social, familiar y laboral, provocando la ruptura de vínculos que en muchas ocasiones, no pueden reparase.
Es por ello que desde el marco institucional nacional se busca llenar este vacío legal que se ha mantenido en torno a la difusión no autorizada de imágenes íntimas. Las principales iniciativas de regulación son el dictamen en tratamiento desde el 2020 impulsado por las senadoras Claudia Ledesma de Zamora y Silvia Elías de Pérez, que propone modificar los artículos 155 y 169 del Código Penal para sancionar la difusión no consentida de imágenes íntimas con multas de hasta $200.000 y penas de hasta tres años de prisión.
También se encuentran en discusión la ley Belén, que penaliza la difusión de material íntimo sin consentimiento, y la ley Olimpia, que incorpora la modalidad de la violencia digital en la ley 26.485 de protección integral contra la violencia a las mujeres.
No obstante, ninguna de estas medidas serán suficientes en la medida en que como sociedad no reconozcamos que esta problemática debe ser tratada en conjunto: todes, como miembros activos de la comunidad digital, tenemos la capacidad y la responsabilidad de movilizarnos. Prevenir, concientizar, denunciar y no consumir los contenidos que violan la intimidad de las víctimas son sólo algunas de las medidas necesarias para dar vuelta esta realidad.
Es por ello que son tan importantes iniciativas como el movimiento BodyRight, porque funcionan como una herramienta generadora de cambio y posibilitadora de oportunidades. Para que podamos tomar la problemática en nuestras manos y generar un espacio seguro para los sectores vulnerados en redes. Tal como lo expresan: “Nos invita a entender nuestro papel en esa violencia y a trabajar en conjunto para impulsar un cambio real y la protección en línea de niñas, adolescentes, jóvenes y mujeres en todo el mundo.”
Debe tenerse en cuenta que a lo largo de la historia jurídica mundial, los cambios más importantes y necesarios dentro de las leyes se realizaron gracias a las movilizaciones sociales que visibilizaron esa necesidad. Al igual que movimientos como Me Too y Ni Una Menos, la lucha social en torno a la violencia digital se está poniendo la problemática a los hombros, y se espera que pronto estemos más cerca de una protección efectiva de nuestra integridad digital.
Categoria: Políticas Públicas, salud/derechos, Tecnología | Tags: BodyRight, Ciberdelitos, Violencia digital | Comentarios: 0