Lxs estudiantes quieren divertirse, sin competencias ni estereotipos


Apenas arrancaba septiembre cuando un video copó las redes sociales y las noticias. Unas cuantas chicas de Catamarca pararon una elección de reinas de belleza estudiantiles para decir: “Todas somos Reinas”, dejando atrás una larga tradición impuesta por el imperio de los roles de género. Así de fácil, con descaro adolescente, se autocoronaron y se pasearon en la pasarela con la dignidad intacta.
Los concursos de belleza son una práctica institucionalizada en Latinoamérica y en gran parte del mundo. Las niñas son educadas desde muy pequeñas para entrar en los estándares más difíciles e inalcanzables. Muñecas para armar, con piezas que van desde el vestido más caro hasta los zapatos de mejor marca, pasando por una figura hipersexualizada, aunque se tengan 8 años.
En nuestro país, el 21 de septiembre es la fecha para destacar a “la mejor”, la más perfecta copia del ideal de niña o joven mujer para presentar a la sociedad como la “reina”. Pero para llegar a ostentar banda y corona es necesario pasar no sólo por muchas frustraciones, sino también por la dura aceptación de que aunque sean jóvenes y bellas no alcanza para destacar, una sola será la elegida. El camino es largo y duro, en la escuela primaria quizás sea la cara bonita del grado, pero ya en la secundaria eso no es suficiente. Hay que estar vestida con el mejor outfit, perfectamente peinada y maquillada y, por supuesto, ser propietaria de una escultura como cuerpo.
Algo está sucediendo con las jóvenes que decidieron que ya no querían encajar es estos moldes. ¿Por qué soportar la presión de buscar ser la más linda, la mejor vestida, la que mejor le cae al jurado? ¿Dejaron acaso las mujeres de competir entre sí? ¿O primó la amistad y la diversión antes que la rivalidad entre pares?
El cambio desde las instituciones
En nuestra provincia hubo una muestra de madurez en este sentido cuando se conoció la noticia de que en la localidad de Las Breñas reemplazaron las elecciones de reinas de belleza en virtud de un proyecto presentado por Diana Mariela Bergagno, psicopedagoga de la Escuela de Educación Especial N° 12. La idea pasó a formar parte del Proyecto Educativo Regional, por el cual se reemplazarían las elecciones de reinas de la primavera, por trabajos que se concretarían para elevar la autoestima en los niños y niñas.
El proyecto que se denomina “Todos somos lindos”, hace un intento por utilizar la fiesta de la primavera como espacios de reflexión y festejo, en el que toda la población estudiantil será coronada por diferentes cualidades que los hacen únicos e irrepetibles.
La Intendencia de Resistencia, desde el inicio de la gestión actual, decidió dejar atrás los desfiles de carrozas y las competencias. Bohemia charló con Mariela Quirós, subsecretaria de Cultura e Identidad Local de la Municipalidad de Resistencia: “Nos propusimos empezar a pensar la celebración del Día del Estudiante desde otra mirada, entendiendo que para eso era necesario charlar con les chiques”.
Lo hicieron reuniéndose con los centros de estudiantes de los colegios secundarios de la ciudad, para repensar colectivamente estos nuevos paradigmas, no solo de la celebración sino también proponiendo un debate acerca de los concursos de belleza, la cosificación de la mujer y la subjetivación sobre sus cuerpos: “Lo propusimos nosotros y los chicos a su vez lo llevaron a sus colegios, entendíamos que los concursos de belleza eran una costumbre para ellos que debían pensar y repensar”.
No solo se trata de belleza, sino de dinero
El valor de la belleza va de la mano con las posibilidades económicas para poder adquirir ciertas cosas que la potencien. Y así como con dinero se compra un mejor vestido, también en las famosas competencias de carrozas casi siempre gana la más costosa. Otra de las tradiciones ampliamente arraigada a la cultura estudiantil.
“Las carrozas, tal como se venían planteando, estaban pensadas en términos de competencia donde aquellos que ponían más plata para pagar a gente que estaba capacitada para hacerlas, los colegios cuyos estudiantes estaban en una mejor condición económica o tenían mayores posibilidades, siempre terminaban ganando. Y aquellos colegios más humildes, que no tenían la posibilidad de pagar, directamente no podían participar”, analizó Mariela Quirós.
Los concursos, sean de belleza, de coreografías o de elaboración de carrozas, generan exclusiones. Sea desde el género y sus estereotipos, hasta aquello que compra el dinero. Hoy, 21 de septiembre de 2019, los festejos se concentran en el Parque de la Democracia. Sin elecciones de reinas ni de carrozas. Bienvenida entonces esta nueva forma de festejar la juventud, con música, con diversión, disfrutando del buen clima y la naturaleza. Sin competencias, sin frustraciones.
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