¿Cómo se siente la Violencia obstétrica en el cuerpo de las mujeres?


Narrativas de las experiencias de mujeres estudiantes y militantes
Esta semana se reconoce a nivel mundial como la semana del parto humanizado o respetado. En nuestro país existe una ley, la Nº 25.929 de Parto Humanizado, la misma establece derechos para las madres y cuerpos gestantes, en relación con el embarazo, el trabajo de parto, el parto y el postparto; derechos que deben ser respetados, tales como recibir la información y trato adecuado.
A continuación, presento algunos de los resultados de una investigación realizada como becaria de Ciencia y Técnica de la Universidad Nacional del Nordeste denominada: “Experiencias de aprendizaje de mujeres. Género, escuela y participación social y política”. Este trabajo analiza las historias de vida de mujeres estudiantes de primaria para jóvenes y adultos que participan en espacios de militancia política y social. Fue realizado en la ciudad de Resistencia, Chaco, en el asentamiento Molina Punta. Uno de los objetivos que busca la investigación es la de aportar al campo de conocimientos de la Educación de Jóvenes y Adultos desde estudios de género y feministas, que permitan pensar espacios educativos más igualitarios donde habitar.
Realicé un análisis interseccional, que busca develar las opresión o discriminación que sufren las diversas identidades en su intersección con la etnia, género, clase, teniendo en cuenta los contextos sociales, culturales e históricos.
Celia y Clara, las mujeres entrevistadas, asisten a la escuela primaria para jóvenes y adultos. Además han participado de espacios de militancia política.
El interés por retomar los estudios no es un interés en tanto ellas, como mujeres, sino que está ligado al ser madres y a una necesidad económica.
Si bien manifiestan la motivación de capacitarse, las razones familiares y económicas aparecen en primer lugar.
La historia de Clara
Clara tiene seis hijxs, asiste a la escuela primaria para jóvenes y adultos de manera interrumpida luego de sufrir problemas de salud después de tener a su sexto hijo, también formaba parte de un movimiento político.
Comentaba: Yo tuve mi embarazo y la pasé mal…Tuve un bebé con cuatro kilos y medio, de ahí decidí hacerme la ligadura, pero nunca me explicaron qué era un quirófano. Entré y empecé a tener miedo, no entendía lo de la anestesia, no sentía mis piernas…Llegó las seis de la tarde y me agarró un llanto, lloraba…entraba mi familia en el horario de visita y yo lloraba, me ponían diclofenac a cada rato, porque pensaban que me dolía, pero no, se me estaba despertando la depresión, el pánico.
En este relato -que da escalofríos y nos hace preguntarnos por lo humano de las ciencias de la salud y quienes la ejercen, muchas veces sin una perspectiva de derechos- aparecen diversas violencias a las que se ve sometida por su condición de mujer. Violencia obstétrica, ya que no le brindan la información suficiente y el trato adecuado durante el parto y el post-parto. Este tipo de violencia, ejercida por el sistema de salud cuando no les explican qué tipo de intervención se realizará y en qué consisten, vulnera triplemente sus derechos: por ser mujer, madre y pobre.
En relación al embarazo Clara plantea: No quería quedarme embarazada, quería hacer el aborto, todo el embarazo sufrí…después cuando nació ya era todo para mí, le pedí perdón, no me animé a hacer un aborto, cinco hijos crié, no voy a criar uno más…
En el relato aparece el aborto como una prohibición, como pecado, como culpa social, como el no acceso a un derecho de decidir sobre su propio cuerpo, la insatisfacción vivida en la somatización, en la depresión posparto y los ataques de pánico por tener que someterse a una maternidad que no es deseada, ni elegida.
La violencia obstétrica como respuesta para los “cuerpos que no importan”. Analizar estas historias contadas en primera persona permite comprender cuáles son las exclusiones, cómo operan en las vidas cotidianas.
Derechos
En nuestro país existe la Ley 25.929 de Parto Humanizado, la misma plantea que toda mujer, en relación con el embarazo, el trabajo de parto, el parto y el postparto, tiene los siguientes derechos: A ser informada sobre las distintas intervenciones médicas que pudieren tener lugar durante esos procesos de manera que pueda optar libremente cuando existieren diferentes alternativas; A ser tratada con respeto, y de modo individual y personalizado que le garantice la intimidad durante todo el proceso asistencial y tenga en consideración sus pautas culturales; A ser informada sobre la evolución de su parto, el estado de su hijo o hija y, en general, a que se le haga partícipe de las diferentes actuaciones de los profesionales; A recibir asesoramiento e información sobre los cuidados de sí misma y del niño o niña, entre otros.


La violencia obstétrica es un tipo de violencia naturalizada en nuestra sociedad, visibilizarla y sensibilizar a trabajadores de la salud sobre este aspecto es una necesidad inmediata.
Que el parto, el puerperio y la maternidad sean vividas con perspectiva de derechos es un deber indelegable del Estado.
Ludmila Pellegrini – Docente, investigadora, militante.
Categoria: Género | Tags: parto respetado, violencia de género, Violencia obstétrica | Comentarios: 1
Maria Angela
6 agosto, 2019 at 8:46 am
Ser bien tratado en toda situacion y lugar es un derecho inalienable de todo ser humano.La mujer historicamente en muchas