Propiedad intelectual de la semilla: ¿se puede patentar la naturaleza?


En la Cámara de Diputados de la Nación hay cinco proyectos en comisiones para modificar la ley: tres del oficialismo (propuestos por Cornelia Schmidt Liermann; Alejandro Echegaray, Alica Terada y Orieta Vera Gonzalez); uno del diputado santafesino Luis Contigiani (Frente Progresista Cívico y Social) y otro elaborado por la Federación Agraria Argentina (FAA).
La Ley de Semillas (20.247) fue promulgada en 1973 y está amparada en el acuerdo de la Unión Internacional para la Protección de las Obtenciones Vegetales (UPOV) que desde su revisión de 1978 permite lo que se conoce como el derecho a los agricultores (en Argentina llamado “derecho propio”). Es decir, posibilita que los productores guarden parte de su cosecha y la vuelvan a sembrar sin tener que pagar regalías por eso.
Pero desde hace décadas, a propósito de las modificaciones genéticas (eventos) las empresas que venden semillas a los productores vienen presionando para modificar la ley. Importantes corporaciones como la conocida Monsanto (ahora Bayer) vienen cobrando regalías a través de demandas judiciales en donde reclaman el pago de una prima apelando al derecho de propiedad intelectual.
Los más perjudicados en esta discusión son los pequeños productores, la agricultura familiar. Los productores grandes en principio veían con buenos ojos la ley que impide a las semilleras cobrar un canon pero ahora dicen que al país no ingresan “eventos” que sí llegan a otros países.
Los sectores de la agricultura
“En otros lugares se venía haciendo biotecnología, eventos, y el productor argentino de a poquito se fue quedando atrás porque las empresas no los traían porque lo cobraban una sola vez, y al año siguiente el productor lo multiplicaba, se lo guardaba, y no se podía cobrar porque la ley de alguna forma lo protegía. Argentina era casi el único país del mundo donde no se podían traer eventos biotecnológicos en soja y en trigo. Empezamos a trabajar el tema para no ceder un derecho así de forma tan gratuita pero es verdad que la ley no tenía en cuenta que la tecnología avanzó y hoy… No solo hoy, lo que va a venir.. Nos hubiera encantado tener los genes tolerantes a la sequía teniendo en cuenta la que azotó a la Argentina. Eso podía ser de una ayuda enorme”. A su vez, señaló que “hay resistencia a otros herbicidas. Hoy el glifosato ya no controla muchos y hay que traer otros. Y lo más importante, y que es más beneficioso para el medioambiente, es todo lo que es resistente al lepidóptero, todo lo que son orugas y cortadores. En el maíz también hay otro eventos que están viniendo. Y en soja van a venir más. Y todo eso para no usar insecticidas sería muy bueno tenerlos”, confió Gonzalo Villegas, director de la Sociedad Rural Argentina.
Mientras tanto en diputados los legisladores hablan de un proyecto consensuado.
A principios de septiembre cuando ingresaban los proyectos en Buenos Aires hubo una manifestación de pequeños productores. Estuvo la Unión de Trabajadores de la Tierra (UTT), quienes representan a miles en todo el país para quienes la ley no necesita modificaciones. “Quienes controlan las semillas, controlan la agricultura y la alimentación. Una ley de semillas que da más poder a empresas como Monsanto-Bayer sólo puede traer más contaminación, menos alimentos saludables y mayores costos de producción”, sostuvo Nahuel Levaggi de la Unión. A esta convocatoria también asistió la Federación Agraria, lo que provocó la desconfianza de las organizaciones por entender que parte de ellos integran los agronegocios contaminantes.
A la hora de opinar sobre la discusión en diputados, Jorge Solmi, coordinador de la Federación Agraria Argentina (FAA) manifestó que “está faltando el rol que tiene el Estado y no incorpora el concepto de orden público. Esto no es una cuestión que se pueda resolver entre privados. La disparidad de fuerzas entre los proveedores, los obtentores de patentes o tecnología genética y los productores es tremenda. La fusión de Bayer y Monsanto lo demuestra. Van a ser tres compañías gigantes a nivel mundial frente a miles de productores dispersos. Nunca puede haber una relación de paridad si el Estado no interviene. Y lo que sobra es Ley de Patentes. La naturaleza no puede ser patentada.
«Van a ser tres compañías gigantes a nivel mundial frente a miles de productores dispersos. Nunca puede haber una relación de paridad si el Estado no interviene. Y lo que sobra es Ley de Patentes. La naturaleza no puede ser patentada.» (Jorge Solmi. Federación Agraria)
“Yo entiendo que vos patentes un microscopio, pero patentar un gen que está en la naturaleza, no. Ellos establecen el uso propio oneroso como regla, y el uso propio gratuito como excepción. Nuestra posición tradicional es que el uso propio gratuito sigue siendo un derecho para todos. Y en todo caso, excepcionalmente, se le quita a determinado rango de productores, que son los más grandes” dijo Solmi
Discusión en el Chaco
En el Chaco también se da la discusión. Organizado por la Fundación Germán Abdala, la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional del Nordeste (UNNE), la Escuela Agropecuaria José Ruchessi y la Federación de Cooperativas Federadas (FeCoFe) fueron convocados investigadores vinculados a la biotecnología, especialistas de políticas agrarias, referentes de organizaciones de trabajadores y de productores. En ese contexto, charlamos con el abogado Aldo Casela, egresado de la UNNE, quien se ha especializado en derecho agrario y ambiental. “En este momento, incluso en Argentina, se ha desarrollado un sistema de acuerdos, entre compañías exportadoras y las compañías de biotecnología. Están acosando a muchos productores con intimaciones de pago. Al modificar la ley, tendrían mucho respaldo. Este es un aspecto pero hay otra cuestión que considero central y es cómo se desarrolla a nivel nacional las estrategias para desarrollar tecnología. Tenemos institutos, tenemos investigadores y desarrolladores. De alguna manera, hay que plantear una estrategia. La investigación e innovación en semillas sigue dominado a nivel nacional e internacional por compañías multinacionales. El otro tema es el de los campesinos criollos, de los pueblos originarios tienen conocimientos sobre las plantas criollas, las nativas y en muchos casos, las compañías se apropian de esos conocimientos”
dr. Aldo Casela
El Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) realiza trabajos de investigación en biotecnología. Hace unos meses atrás realizaron la presentación de nuevas semillas de algodón que se adaptan mejor a la región pero a pesar de mediar en el Estado en esta tarea, Casela se pregunta cómo hacer para que no sea una fuente de control e ingreso de las compañías comercializadoras o de las compañías que utilizan parte de de las semillas para hacer las variedades. Como las compañías invocan tener la patente de los eventos genéticos, aunque a veces no la tienen, terminan controlando la innovación entera, inclusive la variedad. Lo que se está discutiendo en la ley de semillas, es la relación entre esas obtenciones nacionales y la incorporación de tecnología argentina. Más que nada, los sistemas de comercialización. Hoy los agricultores chaqueños, están siendo conminados a firmar contratos de comercialización de su producto, los cuáles se determina a través de la compañía dominante, que en puerta se hace un análisis molecular y en caso de detectarse la existencia del gen, tienen que pagar una suma determinada importante por cada tonelada de producto. No es sólo cobrar, sino impedir la siembra”.
¿Cómo pedirle al Estado un rol activo y protector para los pequeños y medianos productores, cuando el gobierno presenta tres de los proyectos que impulsan las cerealeras?
“En la negociación se van condicionando algunas cosas pero la filosofía es esa. Que las compañías puedan fijar condiciones, cobrar las regalías posteriores a la siembra y que sean válidos los contratos, cualquiera sean sus cláusulas” reflexiona Casela
Las conclusiones del seminario en Resistencia van a perfilar la estrategia para conseguir una ley que proteja la soberanía alimentaria y los recursos genéticos. Poder sembrar sin tener que pedir autorización a una compañía.Habrá que estar atentos. Hay muchas expectativa en las cerealeras que ven un momento político propicio para hacer sus negocios.
Categoria: ecología/ ciencia | Tags: biotecnología, Chaco, leydesemillas, Políticas públicas, Salud, sustentable | Comentarios: 0