Mientras el Ministerio Público Fiscal solicita 4 años en esa condición, la defensa del empresario automotriz requiere se sostengan los 3 años de prisión en suspenso que ya fueron revocados por el STJ en la sentencia de la separada del caso, Jueza Urturi. El tribunal Colegiado tiene quince días para dictar la pena.

Finalmente pudo concretarse la audiencia de alegatos en el marco del juicio en el que se debe dictar una pena al empresario Raúl Sebastiani, quien fue hallado culpable de una serie de delitos enmarcados en violencia de género contra su ex pareja Eliana Tapia.

Después de ciertas maniobras dilatorias ejercidas por parte de la defensa del imputado, esta mañana se conocieron los argumentos probatorios de las partes y sus solicitudes de pena para el imputado. La fiscalía, a cargo de Dolly Fernández pidió 4 años de prisión efectiva, mientras que la querella de la víctima representada por Roberto Sotelo solicitó 8 años en la misma condición. Por su parte la defensa ejercida por Marcelino Leiva pidió se condene a una pena de tres años de prisión en suspenso, tal cual la condena de la jueza Lidia de Urturi lo planteó y fuera revocada por el Superior Tribunal de Justicia (STJ) en Resolución 137 de agosto de 2017.

El año pasado Sebastiani recibió una condena tras ser encontrado culpable de cometer delitos graves como privación ilegítima de la libertad agravada por ser cometidas contra quien fuera su pareja, con ensañamiento y por ser contra una mujer, mediando violencia de género, con amenazas con armas, todo ello en concurso ideal, y en concurso real con tenencia de arma de fuego de guerra sin la debida autorización legal. En relación a estos delitos la pena mínima que estipula la legislación vigente es de 2 años y la prisión será efectiva si se dictan a partir de 3 años de pena. Y es conveniente recordar que en tanto se dicte hasta tres años de condena el Código Procesal Penal indica que la prisión será “en suspenso” (nova a la cárcel) y si fuera tres años y un día,  habrá de ser “efectiva”. El tribunal colegiado presidido por el Juez Víctor del Río tiene ahora quince días para dictar sentencia, y considerando que la feria judicial inicia el 23 de diciembre, sólo existe la posibilidad de conocer el veredicto hasta la semana que viene o recién en el inicio del nuevo ciclo 2018. A juzgar por la intención manifiesta del tribunal de imprimirle celeridad a la causa, que ya espera más de dos años desde el “hecho” en que la víctima fue atacada, la sentencia podría esperarse la próxima semana.

Fundamentos probatorios de las partes

Tal cual lo expresa parte del texto del Artículo 399 del CPP de la provincia, “Terminada la recepción de las pruebas, el Presidente, concederá sucesivamente la palabra al actor civil, al Ministerio Público, al querellante particular, y a los defensores del imputado y del demandado civil, para que en este orden aleguen sobre la misma y formulen sus acusaciones y defensas”, comenzaron las formalidades de la audiencia de alegatos. La primera en ofrecer los fundamentos y elementos probatorios para solicitar una pena de “cuatro años de prisión efectiva”, fue la fiscal Fernández, quien leyó los cargos “debidamente acreditados en los artículos 40 y 41 del CPP” en contra de Sebastiani luego de haber dado lectura a parte de la sentencia de la jueza anterior sobre el “hecho” en que el empresario atacó a Eliana Tapia, recordando en detalle los graves acontecimientos vinculados a la “privación ilegítima de la libertad, amenazandola con arma de fuego, desnudándola, intentando ahoracarla con una banqueta en su cuello” y demá detalles del accionar del imputado demostrando “excesiva agresividad” según manifestó la referente del Ministerio Público Fiscal.

También Fernández citó parte del informe de dos licenciadas en trabajo social y psicología que indicaron una “personalidad narcisista del imputado” en la que prima el “mecanismo de negación de la violencia” indicando la “incapacidad de reflexión” de Sebastiani ante los hechos. La fiscal fue contundente al indicar que en el empresario “no hay remordimientos, objetiviza a la víctima, la trata como una cosa y no como un ser humano”. Incluso puso en valor la diferencia de edad entre Sebastiani y la víctima sosteniendo que es de “más de veinte años, lo que le debió imprimir cautela”. Referenció que hay testimonios de vecinos que se limitaron a “acreditar” que ambos habían sido pareja y no quisieron dar mayores datos por “temor a ser comprometidos”.

El rol de la querella

El abogado querellante de la víctima, por su parte, se limitó a indicar que “acompaño la valoración de la señora fiscal Dolly Fernández”, aunque agregó que debía expresar “cierta decepción en cuanto al hecho y la búsqueda de justicia” en tanto han pasado dos años y aún se espera un veredicto final. Además agregó que entiende que “hasta aquí se ha acreditado el hecho y por ello solicitamos la pena de 8 años de prisión de cumplimiento efectivo”. Sotelo fue rotundo al expresar que “esperamos una sentencia acorde a nuestra legislación en materia del género” y finalizó “por todas las mujeres víctimas del patriarcado que se sienta fuerte el grito de Ni una menos, vivas las queremos”, referenciando a la lucha del colectivo para erradicar estos hechos en la sociedad.

La defensa buscó sostener la “prisión en suspenso”

El abogado defensor, Marcelino Leiva intentó sumar elementos probatorios que sostengan la pena sentenciada por la jueza anterior, que fue revocada (invalidada) por el STJ por encontrarla irrisoria ante la valoración de culpabilidad del imputado. Leiva se preguntó ¿Cuál es el sentido de la pena? y respondía con otro interrogante, ¿la búsqueda de venganza, de justicia o para resocializar a quien ha cometido delito? Aunque reconoció que la “reacción de Sebastiani ante la presencia de Eliana Tapia en su departamento, ha sido desmedida, fue eso una reacción, no es el comportamiento habitual de mi defendido”; pretendiendo argumentar la falta de antecedentes de Sebastiani en hechos similares, ya que sostuvo “no es un golpeador habitual. Es el único hecho comprobado en su vida”.

Y como era de esperar referenció que el empresario está siendo sometido a un “tratamiento psicológico de una vez por semana, para comprender lo que ha hecho”. Los argumentos de la defensa se centraron en sostener los “tres años de prisión en suspenso, entendiendo la como una pena justa que tiene que pagar, pero sin perder la dignidad como ser humano”. El defensor calificó a la cárcel como “una escuela de delincuencia y degradación donde se destruye al ser humano y nadie logra la resocialización” y sostuvo que no encuentra “peligrosidad en el hecho de que su defendido esté libre ay que se trata de un hombre trabajador sin antecedentes ni hechos posteriores de violencia”. A lo que agregó que “Eliana Tapia será resarcida económicamente en el ámbito civil” por lo que entendía que “tres años en suspenso, significan una pena justa”.

El imputado se defendió

Tal lo expresado en el artículo 399 el Código, en la “discusión final” o alegatos, “En último término, el Presidente preguntará al imputado si tiene algo que manifestar y cerrará el debate…” así fue que Víctor del Río procedió y Sebastiani fue el último en alegar que: “Sí, mi conducta ha sido violenta y pido disculpas a Eliana Tapia” a lo que agregó “sé que es tarde, pero he visto en estos dos años que se puede vivir de otra manera, sin lastimar a nadie”. Raúl Sebastiani intentó mostrar a este tribunal una postura diferente a la expresada hasta aquí, con vocablos que infieren arrepentimiento a los aberrantes hechos cometidos contra su ex pareja.

Definiciones

Será ahora el Cuerpo Colegiado que preside el camarista del Río quien tenga la última palabra al dictar la pena. Condena que es esperada con ansias por parte de Eliana Tapia, tal lo expresó en su cuenta de facebook: “Todavía espero justicia”. Y toda una sociedad que también requiere se haga justicia en un caso que deja claramente demostrado que el poder adquisitivo de las personas juega un rol vital para sostener una defensa con un cuerpo de abogados cubriendo distintos frentes y que si bien no garantiza la libertad, por lo menos dilata la aparición de una sentencia definitiva.